El Guadalajara ya carbura a domicilio

01/12/2013 - 17:51 Optasports

¡Por fin! Después de doce jornadas tortuosas en lo que a desplazamientos se refiere, el Balonmano Guadalajara consiguió inaugurar su casillero de victorias fuera de casa. Y además lo hizo ante el Bidasoa Irún de Fernando Bolea, un técnico que dio muchas alegrías a la parroquia morada y que esta vez sirvió de acicate para algunos de sus antiguos pupilos.
Así pues, el Balonmano Guadalajara se impuso en la pista del colista, el Bidasoa Irún, al que venció por un clarividente 22-26. Los locales solo aguantaron el primer tiempo, bastante igualado pero después fueron una marioneta en manos del cuadro visitante. Y es que en la segunda mitad los guadalajareños fueron poco a poco aumentando sus prestaciones y su ventaja para certificar su primera victoria lejos de tierras arriacenses. El Bidasoa empezó fuerte (2-0, 3-1), pero el Guadalajara empezó a imponer su defensa y también comenzó a parar Oliveira. Tras el 3-1, el conjunto dirigido por Mateo Garralda, pese a estar en inferioridad, marcó un 0-2 y se metió de lleno en el partido.
 
Así, del 3-1 se pasó al 3-5. Pero Artaleku es una cancha complicada y el equipo local también apretó en defensa, con lo que consiguió dar la vuelta al marcador de nuevo, 9-7. Aunque el Guadalajara cumplía en las dos áreas, falló dos penaltis, los dos parados por Zubiria, que evitaron que consiguiera volver a ponerse por delante en el marcador. Lo logró poco después con los tantos a la contra de Bozalongo y Reig. En el tramo final de la primera mitad, con 11-11 y 18 segundos por jugarse, Garralda pidió tiempo muerto. No salió bien la jugada y el Bidasoa marcó sobre la bocina, pasándose de un posible 11-12 a un 12-11 con el que se llegó al descanso. A falta de Kike Plaza, Edu Reig –con tres goles– fue el máximo goleador del Guadalajara en un primer tiempo, en el que Oliviera detuvo cinco balones.
 
A los 15 segundos de reanudarse el encuentro Iago Muiña dio el primer aviso, en forma de gol, del gran segundo tiempo que iba a realizar. El Guadalajara tardó en ponerse por delante en el luminoso (13-14) pero a partir de ahí mandó en él hasta el final del encuentro. En el 17-18 fue la última vez que los de Mateo Garralda estuvieron sólo un gol por delante. A partir de ese momento empezó a notarse cada vez más la diferencia de potencial entre los dos equipos. El de casa, con jóvenes y en formación, se veía incapaz de aguantar al de fuera, sólido y robusto. Más todavía con el marcador a favor.
 
Una de las claves del encuentro fue Iago Muiña. Estuvo casi infalible, marcó cinco goles en el segundo tiempo y en la recta final, su aportación fue inestimable. Fontenla también estuvo acertado, con otros cuatro. Por si fuera poco, Moyano cuajó una gran actuación, con nueve paradas en la segunda media hora, hecho que termino de sentenciar al conjunto de Fernando Bolea. De esta forma, el Guadalajara fue engordando su renta hasta una máxima de 20-25 y acabó ganando con relativa comodidad por 22-26.