El Marchamalo se niega a ejercer un papel secundario

04/01/2015 - 18:42 Rubén Martínez

 
¡Esto es Esparta!,¡Esto es La Solana! El Marchamalo aparcó el bache sufrido en diciembre y recuperó sus señas de identidad –garra, lucha e intensidad– derrotando con justicia y autoridad al Almansa. El juego coral y la conciencia de equipo de los hombres de verde valió más que las individualidades del conjunto manchego, que pese a no jugar un buen encuentro, siempre inquietó la meta de Sebas gracias al enorme talento de sus arietes.
Desde el comienzo los dos equipos mostraron su vertiente más ofensiva y las ocasiones se suciedieron en ambos bandos casi sin tregua. Miguel Pérez y Rafa Espada probaron suerte por los locales mientras que Juan Carlos e Iker Torre hacían lo propio en el cuadro visitante. Prometía y no desmereció el duelo entre Dani Cabanillas y Abel Buades. El delantero alcarreño se las veía y se las deseaba con el experimentado central en cada acción pero siempre que caía a banda lograba despegarse de su férrea marca para sacar ocasiones de peligro como la marrada por Manolo en el minuto 25.

Personalidad
Ante el ímpetu local, los de Sergio Inclán se replegaban mostrándose como un conjunto compacto y serio, a todas luces complicado de batir. De todos modos siguieron intentándolo Rafa Espada en un libre directo y Miguel Pérez desde el balcón del área en una volea defectuosa pero se llegó al término de los primeros 45 minutos con idéntico marcador que al empezar.
El primer tiempo había sido parejo pero en en el segundo, el Marchamalo acabaría imponiendo su ritmo gracias a un derroche físico terrible y en parte, al 1-0 marcado por Magallares que hizo mucha mella al cuadro foráneo. Habían transcurrido 17 minutos del segundo tiempo cuando un saque de esquina de Manolo era prolongado por Dani Cabanillas y remachado en la propia línea por el bueno de Mario, que había saltado al campo hacía apenas cuatro minutos.
Quiso espabilar el Almansa aunque la reacción no le duró demasiado. Paco Tomás tuvo en sus botas el empate pero llegó providencial Héctor para evitar un gol cantado. Los naranjas buscaban desesperadamente a Iker Torre por alto pero les faltaba creatividad y fluidez en zona de tres cuartos. Solo los disparos lejanos de Abengózar (el único algo inspirado) ponían en jaque la victoria marchamalera. La velocidad de Javi Hernández auxiliaba al Marchamalo en las contras y Manolo, que lee los partidos como nadie, hacía diabluras entre líneas. Físicamente, los gallardos estaban como bestias, llegaban antes a las segundas jugadas, no dejaban ni un milímetro a sus adversarios, y en definitiva desbarataban cualquier conato de ataque manchego.
Además, las contras entrañaban cada vez más peligro para el portal de Arenas, el segundo estaba al caer. Fue otro de los jugadores que salió de banquillo: Javi Hernández, el que puso la puntilla a falta de tres minutos evitando mayores incertidumbres en la recta final. Ese dato desde luego habla bien de los cambios realizados por Nito Alonso. Total, final de la primera vuelta con la permanencia casi zanjada y el play-off otra vez a tiro. Sin duda buenas perspectivas hay para 2015, lo mejor, está por llegar.