El Quabit cae en Vigo víctima de sus propios errores

Con un juego veloz y favorecido por las facilidades defensivas que le ofrecía el Academia Octavio, el Quabit Guadalajara no tardó en abrir la primera brecha importante del partido (0-5, min. 5). El técnico gallego, Quique Domínguez, no tuvo otra opción que parar el choque con un tiempo muerto. Y la táctica funcionó, ya que su equipo mejoró notablemente tras el parón. Ganó en intensidad defensiva y eso fue suficiente para hacerle daño al Guadalajara. Además, Domínguez le dio la dirección de juego en el ataque posicional al internacional junior Pablo Cacheda. Bajo su mando, el Octavio se soltó y poco a poco empezó a limar su desventaja hasta situarse a tres goles en el ecuador del primer periodo (6-9, min.15). Bolea reaccionó y solicitó tiempo muerto para detener la avalancha viguesa. Funcionó en un principio porque su equipo volvió a recuperar la renta de cinco goles tras dos tantos de Novica Rudovic y Coque Fontenla, pero fue un espejismo. Los problemas en ataque continuaron, ya que ni las rotaciones de Bolea en la primera línea desatascaron a su equipo en el juego posicional.

El Octavio, liderado por el joven Cacheda, iba lanzado y en un visto y no visto se metió en el partido tras endosarle a su rival un parcial 4-1 en seis minutos (10-12, min.22). Bolea lo intentó todo, pero sin internacional Mateo Garralda, que no viajó por lesión, su equipo no encontró a nadie que tirara del carro en los momentos críticos. La primera línea se empeñó en buscar una y otra vez el juego con el pivote, una zona que la defensa viguesa había cerrado muy bien. Dos goles en diez minutos fue su pobre balance en la recta final de la primera parte. El Guadalajara había tirado por la borda su gran arranque de partido. Increíblemente, el Octavio, con un parcial 6-2 en los últimos nueve minutos, se marchó al descanso por delante en el electrónico (15-14).

El guión no varió

Y en el arranque del segundo acto el guión no varió hasta que el Octavio se quedó en inferioridad por una exclusión de Jabato. Después de que los vigueses adquiriesen su mayor ventaja (17-14, min.32), los de Bolea, favorecidos por unas rigurosas decisiones arbitrales, logró minimizar al máximo su desventaja e incluso desaprovechó dos ataques para empatar (17-16, min.35). Unos errores que pagó caro el Guadalajara, ya que su rival se volvió a distanciar (23-19, min.45). Eran los peores momentos de los visitantes, muy acelerados, cometiendo muchas pérdidas de balón de manera infantil. Pero cuando todo parecía perdido, apareció el meta Jorge Gómez para darle a su vida. Varias paradas consecutivas del meta alcarreño permitieron a su equipo correr, justo lo que más necesitaba. El contraataque volvió a funcionar y no tardó en reflejarse en el marcador: 23-23 y tiempo muerto de Quique Domínguez. Había partido, con once minutos por delante.

Opciones de empatar

Al igual que en el primer tiempo, el parón dio oxígeno al Octavio. Liderado por un espectacular Cacheda, el conjunto gallego volvió a escaparse (27-24, min.53). Bolea reaccionó con otro tiempo muerto. Su equipo, gracias al recital de paradas de su portero, no se rindió y entró en el último minuto con vida. Incluso tuvo la última posesión para empatar, pero volvió a cometer un error: con dos hombres más y faltando cuatro segundos, el meta Jorge Oliva puso el balón en juego pero se lo entregó al local Fran González, dejando sin premio al equipo.