El Quabit se la juega en Cangas
30/03/2013 - 09:57
La inesperada derrota del Quabit ante el Puerto Sagundo del pasado domingo complica notablemente el camino de los alcarreños en la Asobal. El cuadro de Mateo Garralda no termina de poner distancia con la zona peligrosa de la tabla, aunque el técnico quiere añadir el punto optimista a la situación. Somos unos privilegiados porque seguimos dependiendo de nosotros mismos, dice y se refiere al partido de este sábado en Cangas del Morrazo diciendo que aún perdiendo allí no nos adelantaría el Cangas.
Esa cita en tierras gallegas se ha convertido en la nueva final para los de Guadalajara. El sábado, a las 18.30 horas, el Quabit vivirá un partido que para los locales será casi la penúltima oportunidad para no despedirse de la Asobal. Garralda indica que es un partido ante un rival directo y jugamos fuera de casa, donde nos está costando mucho hacer buenos partidos, pero vamos a intentar estar más tranquilos y sin tensión para tratar de ganar. Sobre el rival, el preparador comenta que juega muy duro en ataque, sobre todo en el uno contra uno, por tanto si paramos esa opción, tendremos más posibilidades.
También se refiere al cuadro gallego el jugador portugués del Quabit, Jorge Silva, que descubre que va a ser un choque complicado porque ellos necesitan urgentemente la victoria. Juegan muy bien por el centro y tendremos que estar atentos a su pivote y a su central. En nuestra casa el partido resultó fácil, en cuanto al resultado, pero en su campo va a resultar mucho más complicado.
La cita servirá para mostrar las opciones del Quabit en la recta final de la liga y saber si puede soñar con algo más que la permanencia. El entrenador navarro no oculta que éste es el momento más delicado para mí desde que soy entrenador. Y es que al equipo le está costando no ya solo ganar, sino regresar al juego brillante y alegre que ofrecía antes del parón por el Mundial. Estoy en una situación complicada dice Garralda porque los jugadores parece que dudan de sí mismos y eso es difícil para el entrenador, aunque la realidad es que el equipo sabe hacer bien las cosas, como hacía antes.