El Quabit se mete en problemas al perder en Vigo

16/03/2013 - 22:15 Optasport

El Quabit Guadalajara pierde (29-25) y se sitúa muy cerca de la zona de peligro tras la floja imagen que ofreció en su visita a la pista del Academia Octavio en Vigo. El conjunto que dirige Mateo Garralda fue inferior a su rival durante casi todo el partido, y además se topó con la excelente actuación del portero Lloria. Con esta derrota por cuatro tantos, Quabit Balonmano Guadalajara también pierde el golaverage particular con un rival directo por la permanencia, que hasta la visita de los alcarreños ocupaba la penúltima plaza de la clasificación.
La importancia de los puntos en juego se mascó desde el pitido inicial. El encuentro se planteó como una batalla de contacto en la que los dos equipos mostraban absoluta dependencia de sus dos jugadores más cerebrales, Cacheda en el Octavio y De la Rubia por los alcarreños. En la defensa visitante, el Octavio encontró una vía de agua en el extremo derecho. Por ahí percutió en el primer cuarto de hora José Angel “Cerillo”, y el conjunto local manejaba mínimas ventajas, 5-4 en el minuto 15 hasta que Cacheda aprovechó un descenso de la intensidad alcarreña para abrir la primera brecha en el marcador, 8-5 en el minuto 18 del partido. Mateo Garralda se vio obligado a pedir un tiempo muerto, pero la conjura para la reacción de su equipo no se produjo debido a la gran actuación en la portería local de García Lloria (un exjugador del Quabit). La falta de puntería en el ataque del Quabit desquició al equipo en defensa. Tras dos graves errores en la marca, Garralda solicitó otro tiempo muerto en el minuto 20 con una desventaja de cinco goles. No era el día en ataque ni de De la Salud ni de Bozalongo ni de Tremps.

El choque se abrió en el tramo final del primer tiempo, pero una sanción al banquillo del Guadalajara por las reiteradas protestas de Mateo Garralda, le permitió al Octavio llegar con una renta de cinco goles al descanso. Dos tantos de Nenadic parecían augurar un despertar visitante que no tuvo continuidad. Cacheda campaba a sus anchas en el ataque vigués, y cumplido el minuto 40 el Guadalajara era un juguete roto en manos del bando local. De ahí hasta el final, el Octavio se dedicó a manejar el resultado, aunque el Quabit estuvo cerca de darle un susto, ya que a falta de cinco minutos llegó a situarse con una desventaja de tan sólo dos tantos, pero ahí se le acabó la gasolina al conjunto entrenado por Mateo Garralda.