Esta vez salió cruz

24/03/2018 - 20:34 Pedro Manuel Sanz

Si en la pasada jornada, el Quabit Guadalajara igualaba en Benidorm sobre la bocina con un gol de siete metros de Nacho Moya, esta vez perdió también con un siete metros y en los últimos seis segundos (29-30) ante el Logroño La Rioja, en el David Santamaría.

Acostumbrado como está el Quabit Guadalajara a jugar partidos en el alambre con finales apretados y, casi siempre, con resultados favorables, en esta ocasión, en la cita ante el Logroño La Rioja en el David Santamaría, la moneda al aire salió cruz. Si en la pasada jornada, los de César Montes igualaban en Benidorm sobre la bocina con un gol de siete metros de Nacho Moya, esta vez perdieron también con un siete metros y en los últimos seis segundos (29-30) ante el conjunto riojano, un penalti –siete metros, en balonmano- transformado por el exjugador del Guadalajara, el brasileño Fabio Chiuffa, que con nueve goles y cuatro anotados desde esa distancia, se convirtió en la gran pesadilla de un Quabit Guadalajara que ha entrado en un bache de resultados y que va perdiendo posiciones en la clasificación hasta el punto de quedar fuera, por el momento, de las posiciones europeas.

De hecho, con la derrota ante el Logroño, los morados acumulan ya cuatro jornadas consecutivas sin ganar –tres derrotas y un empate-, habiendo bajado hasta el sexto puesto y siendo superados por su rival de esta jornada, el Logroño La Rioja, que tras un comienzo de campeonato horrible –en puestos de descenso durante gran parte de la primera vuelta-, lleva una segunda vuelta casi inmaculada y ya es cuarto, volviendo a  ser un serio candidato a Europa.

De menos a más
Lo cierto es que el Quabit Guadalajara fue irregular en un partido con altibajos. Sin Lucas Cándido, lesionado, Alberto Sanz adquirió mayor protagonismo en este duelo que comenzó igualado y trepidante. Sin embargo, varios errores no forzados de los morados en ataque, precipitación en el pase y en el lanzamiento, provocaron que el Logroño La Rioja lo aprovechara para correr y anotar con facilidad al contraataque. De esta manera, los de Jota González endosaron un 0-4 de parcial al Quabit Guadalajara, que condicionó gran parte de la primera mitad. Del 3-2 favorable a los de Montes en el minuto 4 se pasó al 3-6 en el minuto 9.

César Montes intentó parar la avalancha con un tiempo muerto, pero sus pupilos no estuvieron finos en defensa, otorgando bastantes lanzamientos cómodos a los visitantes. De hecho, los morados terminaron la primera mitad con 17 goles en contra.

Pero como el Quabit demuestra cada partido que es capaz de sobreponerse a todo, los de Montes, no sin sufrimiento y a cuentagotas, fueron limando la desventaja de tres goles que predominó durante la primera parte (14-17, en el minuto 28) hasta colocarse a un solo gol al descanso (16-17), aprovechando dos exclusiones casi consecutivas de los riojanos en los dos últimos minutos.

Irregular
La reacción morada continuó nada más iniciarse la segunda mitad, en la que el Quabit Guadalajara, gracias a una sustancial mejoría en defensa, logró ponerse por delante primero con dos goles (19-17, en el minuto 35) y después por hasta cuatro goles y con un 22-18, en el minuto 39.

Los morados iban en clara progresión, mientras que los riojanos se atascaban ante la defensa local. Pero, nuevamente, en un par de minutos de imprecisiones en el ataque del Quabit, los de Jota González volvieron a acercarse en el marcador (24-23, en el ecuador de la segunda mitad).

A partir de ahí, el partido se equilibró y cada ataque y defensa suponía una lucha titánica en ambos lados de la pista azul del David Santamaría. Los visitantes empataron (24-24), a once minutos para el final, y se volvieron a colocar por delante (24-25), con nueve minutos por jugar.

Máxima igualdad
En un constante tira y afloja, el Quabit devolvió la moneda a los riojanos, colocando Agustín Vidal el 26-25 a favor local con siete minutos por delante. Máxima tensión en la pista y en la grada, con ambas aficiones entregadas.

Jota González arriesgó al dejar los ataques sin portero para tener un jugador más de pista en las acciones ofensivas y le salió perfecto porque el Quabit sufrió bastante para defender cada acción visitante. Y aún así, el Quabit llegó a los últimos minutos con ventaja de un gol gracias a dos goles consecutivos de Víctor Vigo (27-26, a falta de cuatro minutos, y 28-27, a poco más de dos minutos y medio).

El exGuadalajara Chiuffa igualó (28-28), a dos minutos. Y en la jugada siguiente, de nuevo la precipitación se apoderó de los morados, que cometieron un justo pasivo. Chiuffa –una pesadilla- volvió a poner por delante al Rioja con 48 segundos por jugar (28-29).

El Quabit tenía la última jugada para empatar el partido, algo que consiguió Javi García (29-29), pero demasiado rápido. Aún quedaban 22 segundos, por lo que el Quabit le estaba brindando la oportunidad al rival para jugarse la victoria en el último ataque. Y no la desaprovechó. Una acción defensiva de Víctor Vigo terminó con una controvertida decisión arbitral: siete metros y exclusión cuando solo quedaban seis segundos. Y el siete metros lo anotó… Fabio Chiuffa para hacer el 29-30 final y decantar la balanza a favor de los riojanos. Esta vez, la moneda salió cruz para el Quabit Guadalajara.

QUABIT GUADALAJARA, 29; BM LOGROÑO LA RIOJA, 30
QUABIT GUADALAJARA:
Jota Hombrados (16,7 %), Sergio Mellado, Agustín Vidal (2), Víctor Vigo (3), José María Bozalongo, Nacho Moya (2 -1 pen.-), Javi García (3) –equipo inicial-, Javi Parra (5 -2 pen.-), Chema Márquez (5), Víctor Montoya (3), Alberto Sanz (1), Sergio Valles (5).
BM LOGROÑO LA RIOJA: Krupa (27,5 %), Castro (1), Chiuffa (9 -4 pen.-), Kukic (2), Del Arco (2), Fernández (7), Garciandia (3) –equipo inicial-, Sánchez-Migallón, Montoro, Kusan (5), Garabaya (1).
ÁRBITROS: García Mosquera y Muro San José. Excluyeron a Mellado, Bozalongo y Vigo por el Quabit Guadalajara y a Sánchez-Migallón y Fernández, por el BM Logroño La Rioja.
PARCIALES: 2-2, 3-6, 5-8, 9-12, 13-15, 16-17 –descanso-, 18-17, 22-19, 23-21, 24-24, 26-26 y 29-30 –final-.
INCIDENCIAS: Encuentro de la 23ª jornada de la Liga Asobal, disputado en el polideportivo David Santamaría de Guadalajara ante unos 1.300 espectadores. Presencia de un centenar de aficionados del Logroño.