Garralda y Parra no pueden con el Cuatro Rayas Valladolid

12/05/2012 - 22:43 Redacción

El Quabit Balonmano Guadalajara vendió cara la derrota en su visita a la cancha vallisoletana del Cuatro Rayas, en un partido en el que ninguno de los dos se jugaba nada, y que finalmente se decantó del lado local, gracias a la mayor experiencia de sus jugadores en los minutos claves y que se decidió con un 27-24 a favor del Valladolid. .
De inicio el Quabit saltó al parquet de Huerta del Rey dispuesto a dar la sorpresa, y tras ser el primero en inaugurar el marcador, vio como la soberbia actuación del guardameta local Sierra hiciera que los de Fernando Bolea anotaran más goles en el arranque del choque. Algo similar sucedía en la portería manchega, ya que las acertadas intervenciones del guardameta Oliva mantenían la igualdad en un partido en el que a priori los locales se veían como claros favoritos. Tanto es así, que a pesar de que los de Guadalajara tienen prácticamente asegurada la permanencia, su buen comienzo del choque las permitía soñar con un triunfo en una de las canchas más complicadas de la liga Asobal. No obstante, la igualdad que mantuvo durante el primer cuarto de hora, fue gracias sobre todo a la exclusión del local Ávila, que permitió a los de Bolea afrontar en superioridad numérica un momento importante del partido.
A partir de entonces, y ya con siete sobre la cancha, el Cuatro Rayas Valladolid, mejoró notablemente sus prestaciones ofensivas, y fue entonces cuando sus lanzadores comenzaron a ver puerta con mayor facilidad, lo que hizo a los vallisoletanos marcharse ligeramente en el marcador ante un Guadalajara que poco podía hacer para evitar las cometidas ofensivas de Pastor. Con 10-8 en el marcador, el técnico visitante solicitó un tiempo muerto para intentar frenar la dinámica positiva de los locales, pero de poco le sirvió la táctica a Fernando Bolea, ya que la expulsión de Asier Antonio con 12-9 en el marcador fue suficiente para frenar a un Cuatro Rayas Valladolid lanzado, y que sacó petróleo en las dos exclusiones consecutivas de Blacevic y Epeldegui, hasta lograr una renta de cinco goles que fue prácticamente insuperable para el Guadalajara. Con el paso de los minutos el Quabit se diluyó poco a poco, y en los instantes finales del choque, una nueva exclusión, en este caso de Rudovic, provocó la máxima diferencia en el marcador del choque a favor del Cuatro Rayas, con seis goles en el marcador, y un 15-9 en el marcador que tan solo maquilló un tanto sobre la bocina de Reig.

Mejoría alcarreña
Tras el descanso, y cinco goles abajo, el Quabit Guadalajara trató de reaccionar, aprovechando sobre todo el arranque fallón de los locales, pero pronto se volvió a encontrar con inferioridad numérica tras la tempranera expulsión de Lacevic. Acto seguido el Quabit Guadalajara comenzó a encontrar huecos en la ordenada zaga vallisoletana, y mejoró su intensidad en defensa, lo que permitió a los de Bolea aumentar sus porcentajes de efectividad ante el Cuatro Rayas. Los visitantes se defendían con todo y lograron situarse a solo tres goles tras el tanto de Epeldegui que situaba a los suyos con 18-15. Mediada la segunda parte comenzaba el carrusel de expulsiones por parte de ambos conjuntos, y el Cuatro Rayas se complicaba notablemente la vida en un partido que tenía muy dominado, permitiendo a los de Guadalajara situarse a tan solo dos goles de desventaja con el 22-20 en el marcador. La experiencia de Parra y del veteranísimo Mateo Garralda fueron claves para un Guadalajara que por momentos parecía poner en peligro el triunfo de los locales a costa de los tantos de los dos jugadores. Tanto Parra como Garralda fueron los autores de diez de los goles de su equipo en la segunda parte. Ya en los instantes finales del choque y con el marcador apretado, emergió la figura del guardameta suplente local, Lamariano, que con sus intervenciones mantuvo la calma en su equipo. De hecho con 23-25 y a falta de cinco minutos para la conclusión, una soberbia parada en el uno contra uno ante Vallés evitó que el Quabit Guadalajara se situase a tan solo un gol del Cuatro Rayas, suficiente para que los locales acabaran imponiéndose con un trabajado 27-24. .