Guadalajara Sala, una cantera en progresión

Cerca de 250 niños forman la gran familia del Guadalajara Sala. El proyecto del club alcarreño no para de crecer. Comenzó en 2011, hace cinco años, repescando la cantera del extinto Gestesa. En ese momento la aventura comenzó con 80 jugadores. Ahora, el club presenta 19 equipos en distintas categorías y esos cerca de 250 niños y niñas que tienen cada fin de semana su cita con el balón. La punta de lanza del club es el conjunto que milita en Tercera División. Detrás hay otros 18: Iniciación, Prebenjamín (3), Benjamín (4), Alevín (2), Infantil (2), Cadete (2), Juvenil (3) y el de categoría provincial, que participa en la competición de la Agrupación Alcarreña. También cuenta con otro conjunto femenino, que aunque no tiene competición, si realiza sus entrenamientos semanales.
  

 El presidente es José Miguel Camacho, un joven emprendedor, apasionado por este deporte y que con la ayuda de Julio Avellano han construido la mayor cantera del fútbol sala guadalajareño. Sin embargo, la novedad llegaba para el club esta temporada con la apuesta del equipo de Tercera División. Se trataba de una aventura que nacía con la intención de dar cobijo a los jugadores juveniles que pasaban de edad y que el presidente define como un proyecto de “luces y sombras. Luces porque han debutado este año en el primer equipo doce juveniles. Esto está bien, pero si han tenido que estrenarse tantos juveniles es porque algo ha fallado en el equipo de Tercera”. Además, recuerda que “al principio de temporada, planificamos una plantilla muy competitiva, pero por diversos motivos, se han cambiado jugadores. Si a mitad de año tienes que hacer nuevas fichas es porque algo ha fallado”. “No hemos visto la seriedad que requeríamos desde la directiva y el cuadro técnico y que requiere la propia categoría y por eso se produjeron los cambios”, recalca.

La base
No obstante, el club sigue apostando por la cantera y ahí es donde Camacho muestra su satisfacción. “Hay que recordar que cogimos la base del Gestesa cuando desapareció, hace cinco años y en ese momento teníamos apenas 80 niños. Ahora nos encontramos con más de 250. Eso quiere decir que algo hemos hecho bien”, dice el presidente, aunque no oculta que “también se han hecho cosas algo peor, pero creo que son más las buenas. Nuestra manera de llevar el club, que es muy familiar, es por la cercanía de las dos cabezas visibles del club –el propio José Miguel Camacho y Julio Avellano– que nos gusta arreglar las cosas con el diálogo. Hay gente que eso no le ha gustado, pero es nuestra forma de ser y no la vamos a cambiar”.