Isma Mínguez no continuará en el Azulejos Brihuega

“Tenía claro que mi intención era la de parar porque no quiero quemarme. Han sido dos años muy duros”, explica el entrenador que ya comunicó su decisión al presidente, Rafael Mérida, y que incluso tuvo tiempo de despedirse de los jugadores. Mínguez no tiene ninguna queja de la temporada en el aspecto deportivo, en la que el equipo terminó segundo en la clasificación y solo la sanción impuesta por la RFEF al haber renunciado a la plaza la pasada campaña, le impidió jugar por el ascenso. El míster reconoce que “la temporada ha sido magnífica, y eso que empezamos bastante mal. Los chicos, después de saber que peleas por nada y que no te van a dejar subir, cumplieron perfectamente. Al final, al poner pequeños objetivos hicimos una buena segunda vuelta y terminamos segundos”.

Sin embargo, Mínguez insiste en que “los éxitos deportivos te animaban a seguir, pero sobre todo este año, según iba pasando el tiempo estaba convencido de que lo tenía que dejar, porque el estrés ha sido excesivo y se ha hecho el año durísimo y muy largo”. Ahora el futuro del técnico, que se muestra muy agradecido al club briocense por las dos etapas que ha vivido al frente de su banquillo, pasa por un merecido descanso. “Quiero descansar y cargar pilas. Para no desenganchar del todo igual entreno un equipo de niños, pero otra cosa no, porque estoy convencido de que quiero parar para tomar oxígeno”. A la marcha de Mínguez se une la del resto de su cuadro técnico, el segundo entrenador, Juan Antonio de Luz y el preparador físico, Martín Villar.