Javi López frotó la lámpara y el Depor encandiló

21/09/2014 - 16:28 Rubén Martínez

Concluyó el encuentro y esbozaba una sonrisilla traviesa Salvachúa, similar a la de Hannibal del Equipo A, solo le faltaba el puro. “Me encanta que los planes salgan bien” debió pensar al concretarse la victoria del Guadalajara frente al Sestao River. El vigente campeón del grupo acababa de morder el polvo en el Escartín y Dios sabe si pasó también el testigo de antaña hegemonía al conjunto alcarreño. Porque aunque solo se haya consumido el primer mes de competición, el conjunto deportivista transita a velocidad de crucero. Tiene cuajo, recursos, banquillo y la suerte de cara. Vamos que reúne condiciones de sobra para que se instale el optimismo.

La llegada del conjunto vizcaíno suponía un buen baremo para medir dónde está el Depor exactamente. Ya no solo por el marcador sino también para comprobar la personalidad en el juego. La respuesta fue rotunda en cuanto al estilo; por los pelos en el resultado, pero satisfactoria en cualquier caso. Enseguida encontró la fórmula el Deportivo para meter mano al conjunto vasco. Y el gran valedor fue Chema Mato desde su posición de cinco típico argentino. El cántabro se marcó un partido como la copa de un pino. Estaba en todas, recuperando, asistiendo, haciendo jugar... vamos Fernando Redondo pero con calva en lugar de melena.
Al equilibrio proporcionado por Mato había que añadir imaginación arriba. Y esa era misión de la línea de trescuartistas que entraba como cuchillos en mantequilla. Unas veces era Rida, otras veces, Molinero y otras, Javi López pero fue Arroyo el encargado de abrir el marcador. Antes el propio Molinero ya había dejado varias perlas, una de ellas una asistencia por la que en otras esferas se pagarían 80 millones. El caso es que una jugada del madrileño acabó con Arroyo dentro del área zafándose de su marcador y batiendo por alto al cancerbero Raúl. Rubén y Abel, Abel y Rubén, los zurditos se entienden. Hoy por ti, mañana por mí.
 
Relajación local
Ese tanto no intranquilizó al conjunto verdinegro, todo lo contrario. Solo en el tramo final de la primera mitad colgó un par de pelotazos al área a ver si sonaba la flauta pero en líneas generales siguió atrincherado atrás como ahorrando combustible y guardándose un as en la manga para más adelante. Volviendo al punto de vista del Depor igual de importante es abrir el melón como cerrar los partidos. No fue el caso ya que pese a oler la sangre, los alcarreños dejaron vivo a su adversario y éste anotó el empate en su primera aproximación seria al área de Toni Lechuga. Era el minuto 53 y suponía un buen escarmiento a la autocomplacencia deportivista en los inicios del segundo acto.
Se vio obligado a espabilar el Guadalajara pero quiso hacerlo por el camino más corto: el desplazamiento largo. Error. Todo lo bueno de la primera mitad, es decir el criterio y la organización dieron paso al libre albedrío. Una vez superado ese caos, el río volvió a su cauce. Chema Mato, el mejor del partido, tuvo en su reluciente cabeza el 2-1 pero su testarazo se estrelló en la madera. Luego con la expulsión de Jaio, los visitantes quisieron fabricarse un búnker para conservar el empate y lo conservaron hasta que Javi López frotó la lámpara. Había estado intermitente durante todo el encuentro pero marcó un golazo de falta desde 35 metros y dio los tres puntos al Depor. Así se las gastan los genios.