La fe que da permanencias

10/12/2011 - 23:17 Jorge Sánchez

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Foto: Rafa Martín
La pizarra de Fernando Bolea funcionó a la perfección. Restaban 11 segundos después de que un espectacular Jorge Oliva le sacara un balón en el extremo de Nikcevic. Esa acción del sevillano mantenía la esperanza de sacar un punto. Entonces rápidamente Ike pidió tiempo muerto y Bolea enseñaba a sus pupilos cómo superar la defensa pucelana. Y fue en cuatro movimientos. Sencillamente genial. En el corrillo Sergio de la Salud aguantaba hasta el último suspiro para ponerse la camiseta de portero-jugador y sorprender así a Juan Carlos Pastor, quien ya había preparado su defensa. El Multiusos rugía como nunca lo había hecho y eso llevó en volandas al Quabit a lograr un empate más que merecido y trabajado. De la Salud ponía el balón en juego y se la pasaba a Chyro. El crono iba en su contra, no quedaba apenas tiempo y un desdoblamiento al pivote de Edu Reig, con el balón de nuevo en las manos del central catalán que veía en los seis metros al ‘7’ del Quabit, que con la sangre fría que le caracteriza supo batir a un sensacional José Manuel Sierra. El extremo catalán se volvía loco y corría a abrazarse con sus compañeros en el centro de la pista. Hasta allí acudieron el lesionado Mateu Castellá –que no dejó de animar desde el banquillo– y el sancionado y vestido de calle Sergio Valles. La afición se llevaba una recompensa muy merecida después de animar incansablemente durante toda la segunda mitad. En la despedida, las dos caras del deporte. Por un lado, la tristeza de la plantilla de Cuatro Rayas Valladolid, con Pastor a la cabeza, y por otro, la enorme alegría de los de Guadalajara que suman un punto más que les mantiene fuera del descenso, que continúa más apretado que nunca con el empate del Puerto Sagunto ante Huesca (27-27) y la derrota por la mínima de Antequera en Pamplona contra el Anaitasuna (27-26).
El comienzo del partido fue muy entretenido con intercambio de goles en los pimeros cinco minutos (3-4). Edu Reig hacía el empate antes de que la maquinaria pucelana empezara a hacer daño, sobre todo Ángel Romero se mostraba intratable en el pivote. Así la diferencia empezó a ser mayor y cinco minutos más tarde los de Pastor tenían tres goles de ventaja (4-7) y en otro nuevo parcial ya la renta era de seis tantos (6-11). El Quabit era incapaz de superar a Sierra y tuvo que ser Chyro Blazevic con jugadas de pundonor como en el octavo gol local donde superó al portero internacional del Cuatro Rayas tras coger su propio rechace después de una soberbia parada del meta onubense. El Quabit empezaba a reaccionar guiado por la batuta de Alfonso de la Rubia, pero aún así la diferencia de kilos y centímetros era patente y la renta visitante no bajaba (11-17). Y al descanso llegó hasta los siete goles después de un gol del máximo artillero de la Asobal, el extremo francés Guillaume Joli (13-20).
 
El infranqueable Oliva
En la segunda parte, muy bien tenía que hacerlo el Quabit para plantar batalla. Quizá más de uno pensó que pensando en lo que queda de primera vuelta con dos verdaderas finales –Huesca y Antequera– los de Bolea se dejarían llevar ante el enorme potencial de los vallisoletanos. En los primeros cinco minutos de este segundo periodo la diferencia visitante llegó a su máxima expresión (15-23), pero los valientes alcarreños no se iban a amilanar. Un golazo de Chyro, una parada de Oliva y otro tanto más de Coque Fontenla ponía más interesante el duelo (17-23). Cutura enfrió los ánimos con una diana más marca de la casa. Rudovic tomaba los galones y cuando lograba zafarse de la pegajosa defensa pucelana lanzaba su brazo y encontraba respuesta en el genial Sierra. Algo más había que hacer para meter mano al Cuatro Rayas. Un espectacular fly protagonizado por Chyro y Parra enloqueció a los aficionados. Comenzaba la catarsis del Quabit porque a la contra Basmalis y de nuevo el omnipresente Blazevic ponía mucho picante al choque (23-26). A falta de diez apasionantes minutos un gol de Edu Reig, en el pivote, colocaba a los alcarreños a sólo dos goles (27-29). La defensa del Quabit era soberbia y obligaba a los pucelanos a alargar mucho su ataque y además Oliva estaba en estado de gracia, se las paraba a Krivokapic y Cutura. Era su momento. La defensa de los de Bolea era numantina, aguantando las constantes embestidas visitantes. Un robo de balón y galopada de Chyro le dejaba solo ante Sierra, el lateral croata no se puso nervioso y se la colaba a un lado. La diferencia ahora era mínima y quedaban dos minutos y medio de partido. Tocaba sufrir y sobre todo creer. Mateo Garralda pudo empatar pero el balón se les escapó en el último momento. Cuatro Rayas también la tuvo para finiquitar el duelo, pero ni Joli ni Gurbindo pudieron romper el ‘muro’ sevillano. Pasaba el crono y era asfixiante Otra vez el ataque del Quabit no llegaba ni a probar a Sierra y en el otro área Nikcevic se las veía con el gran Oliva. Quedaban 11 segundos y la pizarra del maño superaría la defensa pucelana. Increíble.