La plantilla del Cerro Reyes aplaza la decisión de ir a la huelga y jugará contra el Deportivo
05/01/2011 - 17:05
Foto: Nueva Alcarria
Tienen intención de hacer algún tipo de protesta pero están esperando a reunirse con la AFE, dice el exmorado Richi
El Cerro Reyes, un club que pertenece a una barriada de Badajoz del mismo nombre, está sufriendo diversos bandazos desde el comienzo de la presente temporada, la segunda consecutiva de la entidad pacense en la categoría. La salida del peculiar presidente Antonio Olivera Cachola no ha enderezado el rumbo de un club que sigue sumido en una delicada situación extradeportiva. De hecho, días antes de que comenzara la temporada con el partido en Guadalajara (29 de agosto) la entidad todavía no tenía cubiertas la totalidad de las fichas para competir en la categoría. La mayoría de los jugadores, junto con el entrenador, José Luis Diezma, fueron fichados a última hora para comenzar la Liga dignamente en el Pedro Escartín.
La llegada de nuevos dirigentes al club no ha solucionado los problemas de la plantilla del Cerro Reyes, que se está desmantelando desde hace unas semanas, precisamente desde que Diezma fuera destituido en diciembre.
Diezma fue relevado en el banquillo por Mario Luna, director general y director deportivo de la entidad pacense. En el caso de los jugadores, en las últimas semanas han abandonado el club el delantero Manuel Expósito y los defensas Álex Fernández y Ricardo Hidalgo Richi, conocido en Guadalajara al ser el lateral zurdo del Deportivo en la temporada 2007/2008, la primera del club morado en Segunda B. En breve, el delantero argentino Gonzalo Garavano también podría seguir los mismos pasos.
Todas estas bajas son condicionadas por la inestabilidad económica del Cerro Reyes, que adeuda a su plantilla hasta tres mensualidades. Ante esta situación, los jugadores se han planteado seriamente convocar una huelga, a semejanza de otras formaciones de la categoría como la del Pontevedra.
El director general, director deportivo y entrenador del equipo pacense, Mario Luna, se reunió el lunes con la plantilla para pedir paciencia a los futbolistas, ya que la entidad está a la espera de la llegada de una subvención pública en los próximos días. Pero quizá los jugadores no aguanten mucho más tiempo y ya piensan en hacer alguna medida de presión.
El exmorado Richi, que fichó a dos días de comenzar la Liga en el Pedro Escartín motivo por el que completó el banquillo aquel 29 de agosto y que tan solo ha podido jugar cinco partidos con el Cerro Reyes, mantiene comunicación diaria con sus excompañeros del equipo pacense porque a él tampoco le han pagado. Relata cuál es la situación del rival al que se enfrentará el Deportivo este domingo: Les deben tres meses y ese dinero que llegue de la ayuda institucional no será suficiente. Yo tuve que perdonar dinero para que me dejaran marchar y de momento no he cobrado nada por parte de ellos. Señala, además, que los jugadores del Cerro Reyes, tienen intención de hacer algún tipo de protesta pero están esperando a reunirse con la AFE. De momento, van a entrenar durante la semana y tienen previsto jugar ante el Guadalajara, avanza.
Cuatro puntos de 21 posibles
En lo deportivo, el Cerro Reyes también afronta el partido ante el Depor en una delicada situación. El conjunto pacense es penúltimo y está a dos puntos de la salvación. Tiene la peor defensa del grupo con 33 goles recibidos en 19 partidos y lleva dos derrotas consecutivas, habiendo sumado tan solo un triunfo en las siete últimas jornadas. De los últimos 21 puntos tan solo ha podido sumar cuatro.
No obstante y a pesar de esta crítica situación del rival tanto económica como deportiva, la plantilla del Deportivo no se fía y si quiere ganar en el complicado campo del José Pache deberá trabajar al máximo porque el conjunto morado ya ha tenido experiencias negativas ante equipos de la zona baja de la tabla y porque el Cerro Reyes fue capaz de ganar en su campo al líder, el Lugo, que tan solo cuenta con dos derrotas en su casillero Guadalajara y Cerro Reyes. En la ida, el Depor sufrió para ganar 1-0 a un equipo que terminó con tres expulsados.