La profesionalidad del CB Rayet no bastó para doblegar al River Andorra

17/12/2010 - 19:25 Diego Fernández

 
altLa profesionalidad de la plantilla del Rayet Guadalajara, que pese a la situación difícil que vive por motivos económicos salió a la cancha para luchar por dar la cara, tratar de olvidar durante 40 minutos sus problemas e intentar lograr otro triunfo en casa, no fue suficiente. Había un rival competitivo enfrente, el River Andorra, y tampoco fue el mejor día de los de Román Peinado, que pese a sus altibajos en el juego tuvieron opciones para haberse llevado el partido.
No hay que dejar de lado por otra parte los méritos del adversario, un conjunto con una plantilla amplia y competitiva en la que destacaron ayer sus tres jugadores negros: Holmes, un alero pequeño pero con una gran capacidad física que aprovechaba cada vez que entraba a canasta, y los ya conocidos Rob Johnson y Justin Howard, a los que el Rayet sufrió en sus carnes. El primero estuvo serio, sobrio y eficaz como siempre, aportando en todas las facetas; el segundo intimidó, reboteó y anotó... aunque también, como le sucedía cuando estaba aquí, permitió mucho en defensa.
 
Duelo de pívots
El primer cuarto fue un duelo entre las dos principales referencias interiores de cada equipo. Por los locales, Shane Lawal; por los visitantes, Howard. La movilidad del africano, como se preveía, hacía daño al estadounidense, impotente para frenarle, que sin embargo se ‘vengaba’ en ataque aprovechándose de su superioridad física. El cuadro alcarreño no estaba brillante, pero sí sólido y concentrado en defensa, y fue mandando en el luminoso durante casi todo el parcial. Con ligera ventaja casera acabaría el primer cuarto: 23-20. Estaba claro que habría que pelear mucho.
El segundo parcial resultó parejo, al igual que el inicial... pero por lo bajo. Ambos equipos rivalizaron a errores, y sólo Rob Johnson –qué calidad tiene–, sumando en cada acción que protagonizaba, y el canterano Jorge Barra, atinado desde la línea de 6,75 metros, brillaban, contribuyendo el uno a la superioridad visitante en el juego interior y el otro al mayor acierto exterior de los de casa. Lo demás era una sucesión de balones perdidos, tiros fáciles errados, fallos no forzados... En los últimos instantes, sin embargo, el Rayet estuvo más espeso, lo que aprovechó el bloque leridano para hacerse con una pequeña renta al intermedio: 34-39.
El tercer cuaro fue similar al segundo, bastante espeso por parte de ambos conjuntos. Estaba algo mejor, eso sí, el River Andorra, que aprovechaba su superioridad interior –y más de una falta de concentración alcarreña– para hacer mucho daño en la zona. Howard y Johnson imponían su ley, haciendo que su equipo gozase de segundas y terceras oportunidades para anotar. Para colmo, corriendo los catalanes también hacían daño, poniéndose tras un triple de Álex Ros con un preocupante +9 (42-51). Sin embargo ahí apareció Sergio Fernández, que se resarció de una mala primera parte con una buena actuación en el tercer cuarto, anotando varias canastas –la última del parcial sobre la bocina– que mantenían vivos a los morados a falta de diez minutos: 52-57.
 
Desacierto exterior
En el último cuarto el cuadro alcarreño pagó muy caro su desacierto en el lanzamiento exterior –especialmente Max Van Schaik, que falló varios tiros claros, sin oposición, pero también Smith, que ayer no tuvo su día–.El equipo leridano se fue de nueve, pero todavía habría tiempo para un nuevo amago de reacción morada. Lawal reapareció para comandar a su equipo y anotar cuatro canastas seguidas que pusieron el partido en el alambre (65-69) a falta de dos minutos. Pero los tiros de los alcarreños no entraron, los nervios aparecieron y su adversario jugó con cabeza los instantes finales para llevarse merecidamente la victoria del Multiusos. Se intentó, pero no pudo ser.
A la espera de solucionar sus problemas extradeportivos, en el aspecto deportivo queda aún mucha liga, por lo que hay tiempo para reaccionar. El Rayet Guadalajara debe hacerlo si quiere salir de la zona baja en la que se encuentra y aspirar a meterse entre los nueve primeros. Ayer demostró una gran profesionalidad y competitividad, pero con eso no bastó.