Marisa Paredes recibió ayer el Primer Premio de Cinematografía UIMP

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
A su juicio, Marisa Paredes “supo muy pronto que el compromiso de los artistas no sólo es con la tradición de su arte, sino con el futuro de su sociedad” y, por eso, su voz “peculiar, recia de sonoridad” y de “colores muy dulces”, se ha escuchado sobre las tablas y también “en los escenarios de la vida real”.
También el rector de la UIMP, Salvador Ordóñez, elogió la figura y trayectoria de la premiada que, a su juicio, es un “referente” de la sabiduría profesional, que ha destacado por su trabajo “exigente y comprometido”.

La actriz madrileña Marisa Paredes recibió ayer en Santander el Primer Premio de Cinematografía de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, UIMP, con el que, según dice, cumple el deseo de entrar en la universidad, una “ilusión” que se le “negó” siendo joven, en una España en la que la universidad era “una cosa muy elitista” a la que no todos podían acceder.
Pero además, el premio no satisface sólo ese afán de conocimiento de la actriz, sino que además brinda al cine “el reconocimiento” que “se merece” de la universidad y, por ello, quiso compartirlo con toda la gente que hace cine.
Marisa Paredes es la primera persona distinguida con este premio de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, con el que se pretende recordar la relación que ha habido siempre entre el cine y la UIMP y acompañar en adelante a todos los creadores de este arte desde el ámbito universitario.
La actriz recogió ayer por la tarde el galardón, una escultura que reproduce una claqueta de cine con la imagen del Palacio de la Magdalena, sede estival de la UIMP, en la parte posterior.
La laudatio de la premiada la firmaba el escritor y cineasta Vicente Molina Foix, que no pudo estar en el acto, precisamente porque trabaja en los preparativos de un nuevo rodaje en el que actuará Marisa Paredes. Tras recibir el premio de manos del rector de la UIMP, Salvador Ordóñez, la actriz dejó los papeles a un lado y optó por improvisar, empezando su intervención con un ‘érase una vez’. Recordó de esta manera a la Marisa Paredes niña, que tenía muchas ganas de estudiar, sacaba muy buenas notas y tenía la “ilusión” de ir a la universidad. Pero la universidad se le “negó” y tuvo que ponerse pronto a trabajar. Por eso, el premio que le ha concedido la UIMP supone para ella “entrar” en esa universidad que no pudo disfrutar en su día.
El camino universitario no fue posible para Marisa Paredes, pero encontró “otros caminos” que le ofrecieron “sentir la posibilidad de ser libre”. Así, ingresó en la Escuela de Arte Dramático para adentrarse en la vocación del teatro. “Seguí amando el teatro y el teatro me amó a mí”, afirmó la actriz. De hecho, aseguró que su vida ha sido y sigue siendo el teatro, junto al cine. “Mi vida es teatro, cine, amigos ; y teatro, cine, amigos”, comentó.