Mi próximo objetivo es el Mundial
01/10/2010 - 09:45

Por: JORGE SÁNCHEZ. GUADALAJARA
FÚTBOL SALA DIVISIÓN DE HONOR
Charlie se queda a las puertas de defender a España en el Campeonato de Europa, en Hungría
El regalo de Reyes con el que soñaban Charlie, Guadalajara y su Benavente natal no llegará. La carta del zamorano a sus Majestades de Oriente se ha quedado por el camino porque finalmente José Venancio López, seleccionador nacional, decidió convocar a Fernandao como único pívot y no arriesgar con dejar fuera del Europeo de Hungría, donde España peleará por su quinto título continental, a una vaca sagrada como Daniel o a uno de los valores seguros de la roja como Borja, en lugar de apostar por Charlie que, desde que debutara con España en Tomelloso el pasado mes de junio ante la débil selección de Guatemala, no ha dejado de sorprender a Venancio con sus goles y desparpajo.
La progresión del pívot del Gestesa Guadalajara ha sido asombrosa. En cuatro convocatorias internacionales ha ido quemando etapas partido a partido. Después de debutar, marcó su primer gol en Pinto ante Tailandia, y recientemente contra Uzbekistán, en Ibiza, hacía su primer hat-trick, y también contra el combinado uzbeko, en Santa Eulalia, conseguía entrar en el quinteto inicial.
No ha podido ser y el Europeo de Hungría lo tendrá que ver por la televisión.
Era complicado. Sinceramente, creo que tenía pocas posibilidades, pero el mero hecho de haber estado tan cerca de ir al Europeo me hace sentirme orgulloso y seguir trabajando para ponérselo difícil al seleccionador y que en la próxima convocatoria no me pueda dejar fuera. Lo veremos por la tele.
Por su tono de voz se le nota que ya lo intuía y que no le ha sorprendido la decisión de Venancio.
Ha apostado por otros jugadores y es muy difícil entrar en la selección. Yo lo he hecho todo para conseguirlo y aunque algunos compañeros al abandonar la concentración me decían que iba a estar en Hungría, yo sabía que no. No sé por qué, pero lo intuía.
Estar en el Europeo era un buen regalo de Reyes, ¿no?
Claro que sí, pero no lo había pedido. En mi carta he pedido salud y que las lesiones me respeten. El resto irá llegando con el trabajo.
El Mundial debe ser su gran reto, ahí sí que no puede faltar.
Debe ser mi objetivo. Estoy ilusionado y todo lo que ha pasado en los últimos días me ha dado más moral para cumplir mis sueños.
El primero ya lo cumplió, debutar y poder defender los colores de la roja.
Fue algo inolvidable. Jugué unos quince minutos y por fin pude decir que era internacional. Estaba muy contento y eso que reconozco que no hice un buen partido. Tuve ocasiones pero me faltó un golito.
Pero ese gol llegó en Pinto contra Tailandia y además con su familia, sus amigos y compañeros del Gestesa en la grada.
La alegría que sentí aquel día es indescriptible porque hacer tu primer gol con la selección te quita esa ansiedad por intentar agradar y si encima tienes a tu gente en la grada aplaudiéndote, imagínese. Fue muy especial.
Y como regalo de Navidad un hat-trick a Uzbekistán. Pocos pueden decir lo mismo.
Quizá fue algo más anecdótico que otra cosa porque el rival era muy flojito. El haber marcado tres goles no supuso ninguna demostración al seleccionador, ni nada parecido, lo que sí hice fue quedarme con el balón firmado por todos mis compañeros de la selección. Un recuerdo que nunca olvidaré porque está en mi habitación con la camiseta enmarcada de mi debú.
La recompensa de Venancio a su buen trabajo llegó un día más tarde incluyéndole en el quinteto inicial. Ya puede presumir de ello. Quizá sea premonitorio y después del Europeo se convierta en unos de sus hombres fijos.
Me sorprendió ser titular con el potencial que ofrece la selección. Fue un bonito detalle de Venancio y me anima a seguir trabajando. Estoy muy ilusionado. No sé si me ganaré su confianza para el resto de convocatorias, pero por trabajo e ilusión no será.
Su carrera está siendo meteórica. En apenas unos años ha pasado de jugar al fútbol y poder haber fichado por el Sporting de Gijón a ser un referente en el fútbol sala nacional.
Todo está yendo muy rápido y yo lo único que estoy haciendo es digerirlo y mantener los pies en el suelo. La selección no me va a cambiar y siempre seguiré siendo el mismo antes cuando tenía 16 años y una lesión rompió mi precontrato con el Sporting y ahora con 24 años que intentó hacerme un hueco entre los grandes de este deporte.
Que empezó siendo un hobby y que se ha convertido en su profesión gracias a la fe de Ramón Coomonte, que vio en usted mucho potencial.
Ha sido mi gran valedor. Apostó por mí y siempre quiso que dejara el fútbol y me dedicara al fútbol sala. Jugué en el Atlético Benavente con él y con todo prácticamente atado para irme a Segovia me aconsejó que fuera a Móstoles y acertó de pleno. Le debo mucho y siempre que estoy en Benavente paso a verle para estar un ratito con los chicos del equipo. Allí soy uno más.