No diga Copa, diga Javi Pérez

Un gol que le convierte en el pichichi morado en la competición junto al heroico y letal Quique González. Un tanto que hizo justicia a la valentía del equipo alcarreño que no pensó que la final no acababa hoy, sino que restan 90 minutos (o más ya que, con los precedentes deportivistas, no sería raro pensar en la cuarta prórroga del presente curso). Por ello, no especuló con el 1-1 y se fue descaradamente a por el segundo, con hasta cinco jugadores con vocación puramente ofensiva. Apuesta del Deportivo Guadalajara y, sobre todo de su técnico, Carlos Pérez Salvachúa que, una vez más, movió fichas, pero mantuvo una pieza fija.

Esa pieza responde al nombre de Javi Pérez, jugador que parecía haberse difuminado en el segundo acto, pero en el penúltimo suspiro, el juvenil cazó un baló suelto y lo convirtió en el definitivo 2-1. Antes, el Ourense había soñado con dar un golpe de autoridad en el Pedro Escartín. Y es que el gol de Capi superada la primera media hora de juego dejó muy tocado al equipo local. Tocados por el gol y por el cretino de turno de la sección Alkarria Corps que lanzó una botella contra los jugadores gallegos cuando éstos festejaban el tanto. Un mal que se intuía en el horizonte y que se cumplió en lo que debía ser una jornada festiva. Afortunadamente, el resto de la afición reaccionó cómo se esperaba. Denunciando la acción y exigiendo que el sujeto abandonase el terreno de juego, mientras los miembros de la seguridad del club acudían a esa zona de la grada. Pasado el mal trago, Javi Pérez lanzó su primer aviso prolongando en el primer palo un córner botado por su tocayo Javi López y que Akrong estuvo a punto de empujar a la red.

Poco después, el canterano asistió a Tello, pero el lanzamiento del mediocentro salió demasiado centrado. Cuando el descanso llamaba a las puertas, Javi Pérez recibió volcado sobre el costado izquierdo. Buscó la línea de cal y Campillo le arrolló sin necesidad. El minuto 45 ya se había cumplido y la falta era innecesaria. El otro Javi, López, penalizó el desliz con el 1-1. Todo el mundo esperaba un balón colgado buscando la cabeza de Espín, Pérez o Akrong; pero el extremo lanzó directo y sorprendió a todos. Parecía que lo más difícil estaba hecho, pero para el técnico morado, el empate no era suficiente. Así las cosas, Prosi y Quique González que habían saltado a calentar en el tramo final del primer acto, reemplazaron a Tello y Ballesteros, otro canterano. A partir de ahí, la cita tuvo una sola dirección, la del cancerbero visitante Pato que se llevó el primer susto de su propia zaga. Fue en otro córner que Moisés, en su afán por despejar casi introdujo en su portería. Toledo, Prosi y sobre todo, Javi López, con un misil desde la frontal tras un caño espectacular sobre un defensor gallego, buscaron desequilibrar el marcador sin demasiada fortuna.

El Ourense, por su parte, apostó por resguardar su meta y encomendarse a algún contragolpe. Su técnico, José Luis Míguez, retiró a Gustavo Souto, ex jugador alcarreño, que recibió el cariño del Pedro Escartín a pesar de pasar sin pena ni gloria en su retorno a Guadalajara. El recién incorporado Óscar Martínez salió aún peor parado que su compañero ya que tuvo que abandonar el terreno de juego con una considerable brecha en la cabeza tras un choque con Akrong a cinco minutos del final. El central morado se mantuvo en el terreno de juego aunque con un aparatoso vendaje en la cabeza y bastante grogui. Apenas cuatro minutos más tarde, llevó el enésimo momento de Javi Pérez en esta Copa. Un balón suelto, un chut y un gol que puede valer su peso en oro.

Eso lo sabremos dentro de siete días, cuando ambos equipos se citen en el partido de vuelta. Los morados partirán con ventaja, pero no se puede fiar. Y mucho menos después de haber superado las tres rondas previas en la prórroga. Quizás entonces llegué un nuevo momento made in Javi Pérez.