Platos rotos en el Escartín

19/09/2015 - 19:21 Ana G. Hernández

El Guadalajara concedió la victoria a un Barakaldo que jugó con diez desde el minuto 41 de la primera mitad. Una desventaja que consiguió incrementar el mérito de unos vascos, dominadores en la primera mitad y ambiciosos en la segunda. Fruto de ello llegó el tanto de Cusidor en el minuto 89.


Los visitantes saltaron al campo como si fuera el suyo. Bien plantados, presión arriba y dominantes. El Escartín les gusta. No en vano, la campaña pasada, dieron un buen meneo a los morados en su feudo ganando 0-4. Eso unido a las imprecisiones defensivas locales favorecía a las constantes llegadas del Barakaldo. Y es que, en los primeros diez minutos se pudieron contar hasta dos saques de esquina y una ocasión muy clara para haberse adelantado. Yurrebaso aprovechaba el agujero dejado por Moyano en el lateral izquierdo, el capitán alcarreño estaba tendido en el suelo, para percutir. Pero su disparo, al primer palo, fue excesivamente blando. Sin embargo, con el sol de cara, Kevin se despistó y fue incapaz de atajar. Un despiste que pudo aprovechar Alaín Arroyo, pendiente con la caña. Pero entre el portero y Rangel evitaron el gol vasco. La respuesta morada no se hizo esperar. Llegó en una contra con un pase filtrado hacia José Ángel que le dejaba prácticamente solo ante Alejandro, pero el meta vasco achicó lo suficiente como para desbaratar la ocasión.


Ese sería el guion de una primera parte, con un Barakaldo con más posesión y un Guadalajara saliendo a la contra. De ahí llegaron las grandes ocasiones locales. La primera después de que Edipo le robara la cartera a Quintanilla y éste tuviera que hacerle una falta en la frontal cuando el extremo se plantaba solo ante Alejandro. El libre directo se lo pidió Miguélez y su chut se marchó a centímetros del larquero. Era el minuto 20, en el 30, Moyano avanzó hasta línea de fondo y centró rasa atrás para que, nuevamente, Miguélez impactara con el esférico en la frontal. En esta ocasión, su disparo se topó con las piernas de un defensa.


A pesar del dominio visitante, no llegaban con claridad a la meta de Kevin. Y mucho menos lo harían después de que el árbitro expulsara a Quintanilla con la segunda amarilla en el minuto 41, después de agarrar reiteradamente a Guillem en una contra. Una amarilla excesivamente rigurosa que completaba la roja y que vino a demostrar que la primera que vio, allá por el minuto 20, era más bien naranja. Así las cosas, Héctor tuvo que ocupar el lugar de su compañero en el lateral derecho. El problema es que no era el primer inconveniente del Barakaldo, en el minuto 18 David Martín se había retirado con un pinchazo en el muslo.


Sin embargo, jugar en inferioridad no cohibió a los vascos de seguir buscando la portería rival. Elguezabal aprovechaba un balón suelto para probar a Kevin desde media distancia. Era el minuto 46 y la batalla iba a ser dura. Por ello Manolo Cano decidió introducir a Riki. El entrenador local quería marcar las diferencias. Y primera pelota que tocó, primer destello. Taconazo habilitando a Moyano, que centra al corazón del área. Allí Edipo la pica en exceso y su cabezazo se marcha rozando el larguero. Después vendría un centro de Dani Gómez que Guillem remató de refilón con toda la portería para él. El agobio del Barakaldo era patente y el Guadalajara lo iba a intentar aprovechar. Los vascos necesitaban un sostén en un medio campo que se veía superado una y otra vez. De ahí que David Movilla utilizara su último cambio para introducir a Albisua. Un cambio que se notó mucho en el engranaje visitante. De hecho, el Guadalajara dejó de llegar con la claridad con la que los estaba haciendo. Incluso llegó a ceder el balón y las ocasiones, especialmente, por la precipitación morada. Primero avisó Albisua desde la frontal. Luego una falta en dicha zona fue aprovechada por Cusidor para dar la victoria a los vascos con un disparo fuerte, raso y ajustado al palo.