Pradillos devuelve la sonrisa al Azuqueca
El Azuqueca dio un golpe en la mesa después de golear al Ciudad Real en el San Miguel. Una manita que espanta los fantasmas que, desde primeros de año, acompaña al equipo de Joselu Sánchez. Y es que, los rojinegros no solo necesitaban estos tres puntos, también ganar de esta forma en la que los segundos espadas se sintieron más que importantes. A ello contribuyó un Ciudad Real que cuajó una primera parte buena, pero que encajó demasiado castigo en la segunda.
Y es que, durante los primeros 45 minutos, los de Alberto Parras contaron con el viento a su favor e intentaron asfixiar al Azuqueca con presión alta. De hecho, consiguieron que sus rivales cometieran varios errores no forzados que le pudieron costar muy caros, aunque con la garantía de Javi Alonso bajo palos los errores siempre se ven diferentes.De hecho, en el 15, salvó un mano a mano con Yang precedido de un error de entrega de Javi Heranz y, en el 33, tuvo que salir hasta prácticamente la medular para apagar otro fuego que prometía convertirse en incencio. Antes, en el 11, Seve había probado sus guantes con un tiro colocado, pero muy flojo que atrapó sin problemas el guardameta azudense. Por su parte, el Azuqueca contestaba estas afrentas manchegas con una gran incursión por banda de Rojas cuyo centro envió Gonzalo por encima del travesaño en el 12. Ya en el 24, el propio Gonzalo habilitaba a Guille en el área, pero, tras tres regates, Sergio repelía el remate del extremo.
El Ciudad Real no se había cobrado los errores de su rival, pero el Azuqueca no sería tan inocente en el 42. Un golpe de viento provocó que Rojas le robara la cartera a Ramos, pero su pase de la muerte sería rematado por Guille de forma desastrosa. Tan desastrosa que el balón le cayó a Chilo que, apenas sin ángulo, batía a Sergio con de disparo potente. Era el segundo balón que tocaba el media punta desde que había ingresado en el terreno de juego por Javi Heranz en el minuto 41.
Con el marcador y con el viento a favor, la segunda parte fue coser y cantar para los rojinegros, especialmente, tras la entrada de Pradillos. Y es que, al canterano le bastaron once minutos para anotar un triplete y sentenciar el partido. El primero en el 18 y tras un pase milimétrico de Gonzalo. El segundo en el 25 tras una gran combinación entre Pablo Rojo y Gonzalo. Y el tercero en el 29 de vaselina y aprovechándose de las débiles manos de Sergio. Y eso sin mencionar que en el 23 falló un gol cantado por pensar antes en celebrarlo que en meterlo. Tras la exhibición de Pradillos, Barto redondeó la mañana con un golazo desde más de treinta metros ya en el tiempo de descuento cuando Chilo solicitaba un penalti.