‘Predator’ Quique borra del mapa a un gris Cacereño

08/12/2013 - 21:12 Rubén Martínez

El Guadalajara borró del mapa al Cacereño en un enfrentamiento que entrañó más dificultad de la que refleja el estrambótico 4-0. Por cómo empezó el duelo, con los verdinegros bien plantados, con la barra de moral por las nubes y disputando la posesión del esférico, nada hacía presagiar el desenlace final.
Pero tuvo ángel el Depor adelantándose en su primera aproximación seria de peligro. Quique cazó un centro pasado, se la puso de cara a Javi López y el fantástico centro del malacitano fue cabeceado a las mallas por Toledo. Rebasando el primer cuarto de hora, los visitantes tuvieron la oportunidad de devolver las tablas al luminoso. Con algo de fortuna, el balón cayó a Toni, que aguardaba en el punto de penalti pero se entretuvo demasiado y llegó providencial al cruce Aitor Núñez. Prácticamente ahí acabó la producción ofensiva del conjunto foráneo en la primera mitad.
 
Pese a marchar por detrás en el marcador, el Cacereño nunca tuvo la vergüenza torera de lanzarse al ataque. Al contrario, se mostró toscó en las transiciones e inofensivo en zona de tres cuartos. En esa tesitura, los hombres de Salvachúa campaban a sus anchas aunque tampoco daban con la tecla para generar peligro. Jairo y Álvaro Zazo estaban entrando poco en juego y faltaba fluidez para surtir de balones a los siempre combativos y voluntariosos Toledo y Quique. Un último apretón del conjunto alcarreño, con un disparo envenenado de Tello desde la frontal del área y posterior remate de Akrong en el córner, cerró el telón de un primer tiempo más bien sosete. Por cierto, el ghanés volvió a cumplir como central junto a Espín y demostró ser un jugador polivalente y con recursos.
 
Partidazo tras el descanso
Cambió por completo el decorado tras el paso por los vestuarios. Fue como si los dos equipos se quitaran los corsetes. Aumentaron los espacios y las ocasiones. La primera la tuvo el Cacereño en botas de Iván Pérez cuya volea defectuosa se perdió por línea de fondo. Fue una acción aislada. El Cacereño apenas exigía al Depor. Los alcarreños estaban rondando el área de Vargas hasta que el más listo de la clase sacó petróleo de la nada marcando el 2-0. Quique no llegó a coger el rechace dentro del área pero inquietó al defensa hasta la saciedad presionando hasta el área pequeña. Y tuvo premio. El cuero lo tenía controlado Dani Pérez pero Quique encontró el resquició y desde el suelo rebañó el balón superando por alto al incredulo cancerbero extremeño.
 
El recital de Quique no había hecho más que empezar. Pasada la hora de partido, el pucelano tiró un desmarque de ensueño y Aitor Núñez –quizá completó su mejor partido de la temporada– se la puso a la espalda de la defensa. En el uno contra uno por su puesto no le tembló el pulso y perforó las mallas con la misma tranquilidad de un funcionario poniendo un matasellos. Con el partido liquidado empezó el carrusel de cambios. Javi López, otro que se salió literalmente por la banda diestra, dejó su puesto a Joan Grasa. Luego, debutó en Liga tras su formidable actuación en la Copa Federación el canterano Javi Pérez. Pero Quique seguía en su mundo y completó una tarde magistral marcando el 4-0 ya en el epílogo. Se coló entre tres zagueros, ninguno acertó a pararle y volvió a batir al guardameta verdinegro sin apenas despeinarse.
 
Aún hubo tiempo para que Álvaro Campos se luciera deteniendo un penalti a Gaspar con el tiempo cumplido pero lo cierto es que todo queda en anécota comparado con Quique. Tener un auténtico killer en la plantilla es un activo indispensable para ascender y ‘Predator’ Quique es todo un lujo para el Deportivo. El público lo sabe y por ello coreó su nombre como no se recordaba en el último lustro en el Escartín.