¡Qué manera de subir y bajar de las nubes!
El titánico esfuerzo del Impulse Guadalajara se queda sin premio en el cara o cruz ante el Villa de Aranda (34-35) en un extraordinario partido de balonmano y una fiesta y sensacional ambiente en las gradas del David Santamaría.
Ya lo decía Joaquín Sabina en sus “Motivos de un sentimiento” cantando al Atlético de sus amores. “Qué manera de sentir, que manera de soñar, qué manera de sufrir, qué manera de palmar, qué manera de subir y bajar de las nubes…”
Pues bien, el Impulse BM Guadalajara sufrió la manera más cruel de subir y bajar de las nubes en un espectacular partido de balonmano vivido en el David Santamaría. A pesar de perder 34-35 y en el último suspiro -cuando restaban solo dos segundos para el final- los aficionados tributaron una gran ovación a los pupilos de Juan Carlos Requena, que, al contrario que en la derrota de hace dos semanas en el mismo escenario frente al Logroño, sí se vaciaron por completo en la pista para pelear hasta el final por puntuar en un partido que se les había puesto muy cuesta arriba -como hace dos semanas-.
De los que hacen afición
Los aficionados supieron valorar y agradecer ese esfuerzo, sobre todo, después de que el Impulse BM. Guadalajara remontara un duelo que estaba casi perdido cuando a los cinco minutos de la segunda mitad marchaban seis goles por debajo en el luminoso del David Santamaría (20-26).
Las cosas no estaban saliendo para un Impulse Guadalajara muy voluntarioso, pero errático en todas las facetas del juego. Hasta que Tobías Lantz comenzó a parar en portería todo lo que antes no había detenido, aumentó la intensidad defensiva, pudiendo recuperar balones y correr al contrataque.
Así comenzó a gestarse una remontada de mucho mérito en la segunda mitad para que el Impulse Guadalajara, tras un 9-2 de parcial en 10 minutos de locura colectiva en el David Santamaría se colocara con un esperanzador 29-28 que devolvía la ventaja a los de Requena después de haberla perdido a los diez minutos de juego cuando Panchito Lombardi lograba el 9-8.
Desde ese 9-8 de la primera mitad hasta el 29-28 de la segunda transcurrieron 35 minutos de zozobra para un Impulse Guadalajara que se mostraba muy blando en defensa, desacertado en ataque y sin referencia en la portería.
Todo ello hizo que el Villa de Aranda, que acudía a esta “final anticipada por la permanencia” mucho más necesitado que los morados, y arropados por su incondicional afición, que llenó uno de los fondos del David Santamaría, dominara con relativa facilidad el duelo ante el Impulse Guadalajara, que ya, en la primera mitad, veía a los arandinos muy lejos en el marcador (15-21, a tres minutos para el descanso).
Después de una tímida reacción (anticipo de lo que se viviría en la segunda mitad) los de Requena pudieron recortar esa desventaja a cuatro goles para marcharse a los vestuarios (18-23).
Nadar y nadar... para ahogarse en la orilla
Negros nubarrones se cernían sobre la pista del David Santamaría para la parroquia morada después de que el Villa de Aranda sacara provecho del errático regreso a la pista del Impulse Guadalajara (20-26 a los cinco minutos)… hasta que los morados se confabularon para la proeza. Y así, con un gran esfuerzo defensivo, acierto en portería y en ataque, en tan solo ocho minutos los de Requena consiguieron el anteriormente referido 9-2 de parcial y ponerse por delante: 29-28.
El partido entraba en su fase decisiva donde lo quería el Impulse Guadalajara. En la igualdad y después de ir de menos a más para afrontar los últimos 15 de minutos en un cara o cruz. Es más, hasta dos ocasiones tuvieron los morados para ponerse con dos goles de ventaja y meter más presión a los arandinos, pero de nuevo los errores y la precipitación (un pasivo en contra), dieron vida a los de Aranda, que volvieron a tomar ventaja (32-33), a cinco minutos para el final.
El “toma y daca” se mantuvo hasta los instantes finales, en un intenso, vibrante y emocionante final de partido y en el que ambos equipos tuvieron sus opciones porque Panchito Lombardi, ya dentro del último minuto y después de hacer lo más difícil, que fue robar el balón en defensa y correr, falló lo más fácil ante portentosa mano del portero visitante que evitó el que hubiese sido el 35-34 cuando solo faltaban 30 segundos para el final.
Después, tocaba defender al menos el empate en el último ataque, Dalmau Huix no perdonó a solo dos segundos para la conclusión para que el Villa de Aranda lograse la victoria por un solo gol: 34-35 y festejase con su afición lo que para ellos (y también para el Impulse Guadalajara) eran más que dos puntos por ser ambos rivales directos para mantenerse en la Liga Plenitude Asobal.
IMPULSE BM. GUADALAJARA, 34; TUBOS VILLA DE ARANDA, 35
34 (18+16) – IMPULSE BM GUADALAJARA: Tobias Lantz (Nico García); Moreno Piña, Manu Catalina (10), Jakub Sladkowski (2), Alberto Serradilla (2), Vicente Poveda (7), Panchito Lombardi (3) -siete inicial-; Juan Jodar (1), José Palacios, José Luis Román (3), Marcos Dorado (3), Miguel Llorens, Piotr Mielczarski, Santi Simón (2) y Haitz Gorostidi. (1)
35 (23+12)– TUBOS ARANDA VILLA DE ARANDA: Pau Guitart (Javier Teijón), Alex Berbel (3), Rogonovs (6), Dalmau (7), Megías (2), Fischer y Arthur Pereira (2) -siete inicial-; Pinillos (5), Mosquera (3), Samu Saiz (1), Pol Roy (2), Vega, Enebral (1), Rubén Fernandez (1), Juan Tamayo, Viunik y David López (2).
ÁRBITROS: Javier Álvarez Mata y Yon Bustamante López. Excluyeron dos minutos a Llorens, Marcos Dorado, Manu Catalina Y Jodar por el Impulse BM Guadalajara y a Tamayo, Berbel, Rogonovs y Víctor Megías por el Tubos Aranda Villa de Aranda.
PARCIALES: 2-4, 8-7, 10-12, 13-16, 14-18, 17-22, descanso, 19-24, 23-27, 28-28, 29-29, 32-33 y 34-35.
INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la sexta jornada de Liga Plenitude disputado en el Polideportivo Municipal David Santamaría ante unos 1.200 espectadores, con cerca de 200 aficionados llegados desde Aranda de Duero en un ambiente espectacular de balonmano en las gradas.