Remontada espectacular y dulce Navidad

El trencilla desquició al cuadro local en el primer tiempo señalando un penalti más que dudoso que desembocó en el 0-1 y ninguneando en muchos momentos a los jugadores locales. Inexplicable cómo los rojinegros se marcharon al descanso con cuatro cartulinas amarillas –todas ellas por protestar– mientras el Illescas se marchaba limpio pese a las reiteradas faltas en la zona de elaboración.

 

Pedro Velasco quiso plantear un duelo desprovisto de ritmo sabedor de que al Azuqueca le cuesta horrores meter mano a rivales arropados y con oficio. Le salió bien durante los primeros 45 minutos. En ese tiempo, los rojinegros dominaron territorialmente pero los continuas interrupciones no les permitían desplegar su juego con comodidad y gozar de buenas ocasiones contra la meta de Córdoba. Por cierto, el cancerbero toledano estuvo francamente sensacional. Traía bien aprendida la lección y en las jugadas a balón parado –efectivo recurso local– salía hasta el mismo borde del área impidiendo los remates de las torres locales. Además evitó el empate en una estirada formidable a disparo de David Moreno.

 

La presión adelantada, santo y seña de los azudenses, ensuciaba la elaboración del conjunto visitante. Desde luego, al Illescas le falta un centrocampista con la clarividencia que emanaba su técnico no hace demasiados años. Pese a todo, los toledanos se adelantaron gracias a un penalti absurdo y sobre todo discutible de Tena sobre Chumi materializado por Dani. De ahí al descanso, vino el carrusel de amonestaciones que sacó de sus casillas al Azuqueca.

 

Nuevo contratiempo

Para colmo, Esaú era expulsado a los tres minutos de la reanudación al caer dentro del área. El colegiado no vio penalti por el derribo de Dani y sí piscinazo del ariete alcarreño. Quedaban 40 minutos pero pintaban bastos para el Azuqueca con 0-1 y sin su hombre-gol. Pero no se vino abajo el conjunto de Miguel López. Cerró filas y se mentalizó de que el enemigo no era el colegiado sino el Illescas y fiel a su estilo siguió buscando la portería rival. Como un resorte, la expulsión envalentonó al cuadro azudense y el acoso que estaba por llegar ignoraba de inferioridades numéricas. En una lección de personalidad, coraje y bemoles, el equipo anfitrión se lanzó al ataque sin nada que perder y a las primeras de cambio llegó el empate con un disparo raso de David Moreno.

 

Los visitantes por contra seguían aglutinando hombres por detrás del balón pero el partido había cambiado, ahora se jugaba bajo la pauta marcada por el cuadro rojinegro. Ahí tuvieron mucho que decir Tena con sus desplazamientos en largo y París, que cuajó una actuación nada desdeñable. Cumplida la hora de encuentro, un sensacional centro de París al segundo palo era cabeceado a las mallas por Tena. Paradójicamente, la remontada había llegado demasiado pronto porque aún quedaba un mundo.

 

Pero ni siquiera con el marcador en contra tuvo reacción el Illescas, rácano y miserable en la media hora de juego restante. Apenas inquietó a Javi Alonso y siempre estuvo más cerca el 3-1 que el 2-2. Ello también fue mérito de un Miguelón en estado de gracia, inconmensurable en el eje de la zaga. En resumidas cuentas, una victoria importantísima para el Azuqueca y que hacer creer que todo es posible de cara a la segunda vuelta.