Un autogol de Italia en el último segundo de la prórroga mete a España en la final
01/10/2010 - 09:45
FÚTBOL SALA C. DEL MUNDO
La selección española de fútbol sala se clasificó con suspense y mucho trabajo para su cuarta final mundialista consecutiva tras derrotar por 3-2 a una más que digna Italia, en un partido marcado por un rocambolesco autogol sobre la bocina de Foglia y que dio paso al caos y la tensión hasta conocer su validez.
Fue un pase sufrido. En China Taipei hace cuatro años, España superó por penaltis a la poderosa Brasil, y en esta ocasión, fue más allá, con un tanto con el reloj a cero, o casi a cero como acabaron por determinar los colegiados.
Los actuales subcampeones del mundo habían sido capaces de sobreponerse en dos ocasiones a los goles de los españoles y de poner contra las cuerdas al combinado nacional, pero cometieron un error infantil en el momento menos deseado. Una innecesaria pérdida de balón de los transalpinos en el mediocampo a falta de siete segundos provocó una rápida contra hispana. El pase mortal de Kike tropezó con el balance defensivo agónico de Foglia, curiosamente el mejor de los suyos y del partido, desbordando la desesperada salida de Feller y estrellándose con el palo, que le devolvió la pelota al menudo jugador italiano, que no pudo evitar meterla en su portería.
La alegría incontrolada de los jugadores de Venancio López contrastó con las protestas inmediatas de Nuccorini, que consideraba que el tiempo había finalizado. Dentro del caos y la tensión, y con España en el vestuario, los minutos fueron pasando sin una resolución clara hasta que los colegiados decidieron que se procediese a un inefectivo saque de centro.
Éste fue el último obstáculo que tuvo que superar la selección de un encuentro que había sido equilibrado. Daniel había puesto el choque del modo deseado al abrir el marcador a los cinco minutos con un envenenado disparo a la escuadra de Feller, pero Italia no se desesperó. Fuerte y sacrificada en defensa, y amparada en ataque por el talento de Foglia y la peligrosidad de su disparo exterior, demostró que a la hora de jugar encuentros definitivos se crece.
De todos modos, España echó mano de su defensa y supo aguantar con entereza, aunque le faltó frescura ofensiva. Ortiz pudo poner el 2-0 en un mano a mano que desaprovechó antes del descanso, que dio paso a una segunda mitad donde la azzurra ofreció su mejor versión. Luis Amado se esmeró en repeler los disparos de fuera, pero no pudo con una habilidosa jugada de Foglia. A partir de ahí, la selección pasó momentos de apuro, de los que supo salir.
La prórroga dio paso a más tensión y Fernandao en el último suspiro de la primera mitad hizo un gran gol que ponía a los de Venancio López con pie y medio en la final. Pero Italia no se rindió y con el portero-jugador, Nando Grana igualó.
Los penaltis, como hace cuatro años, parecían el camino hacia la final, pero la azzurra falló y el caos benefició al combinado nacional, que tendrá a la anfitriona Brasil en la final deseada.
Los actuales subcampeones del mundo habían sido capaces de sobreponerse en dos ocasiones a los goles de los españoles y de poner contra las cuerdas al combinado nacional, pero cometieron un error infantil en el momento menos deseado. Una innecesaria pérdida de balón de los transalpinos en el mediocampo a falta de siete segundos provocó una rápida contra hispana. El pase mortal de Kike tropezó con el balance defensivo agónico de Foglia, curiosamente el mejor de los suyos y del partido, desbordando la desesperada salida de Feller y estrellándose con el palo, que le devolvió la pelota al menudo jugador italiano, que no pudo evitar meterla en su portería.
La alegría incontrolada de los jugadores de Venancio López contrastó con las protestas inmediatas de Nuccorini, que consideraba que el tiempo había finalizado. Dentro del caos y la tensión, y con España en el vestuario, los minutos fueron pasando sin una resolución clara hasta que los colegiados decidieron que se procediese a un inefectivo saque de centro.
Éste fue el último obstáculo que tuvo que superar la selección de un encuentro que había sido equilibrado. Daniel había puesto el choque del modo deseado al abrir el marcador a los cinco minutos con un envenenado disparo a la escuadra de Feller, pero Italia no se desesperó. Fuerte y sacrificada en defensa, y amparada en ataque por el talento de Foglia y la peligrosidad de su disparo exterior, demostró que a la hora de jugar encuentros definitivos se crece.
De todos modos, España echó mano de su defensa y supo aguantar con entereza, aunque le faltó frescura ofensiva. Ortiz pudo poner el 2-0 en un mano a mano que desaprovechó antes del descanso, que dio paso a una segunda mitad donde la azzurra ofreció su mejor versión. Luis Amado se esmeró en repeler los disparos de fuera, pero no pudo con una habilidosa jugada de Foglia. A partir de ahí, la selección pasó momentos de apuro, de los que supo salir.
La prórroga dio paso a más tensión y Fernandao en el último suspiro de la primera mitad hizo un gran gol que ponía a los de Venancio López con pie y medio en la final. Pero Italia no se rindió y con el portero-jugador, Nando Grana igualó.
Los penaltis, como hace cuatro años, parecían el camino hacia la final, pero la azzurra falló y el caos benefició al combinado nacional, que tendrá a la anfitriona Brasil en la final deseada.