Una caja de bombones
11/04/2015 - 11:17
Blanca, radiante, luminosa. Desde cualquier punto del David Santamaría se distinguía con claridad la enorme sonrisa del técnico César Montes. No era la excepción, era la norma dentro de la piña que acababa de disolverse y que formaba el plantel alcarreño. Era la imagen que mejor definía el estado de ánimo de un equipo volcánico. Una escuadra que, hace un mes, soñaba con cerrar por la vía rápida su permanencia en la élite del balonmano nacional y que, hace apenas 15 días, temblaba viendo demasiado cerca el precipicio. Es más, un plantel que durante un mismo partido se vio con el agua al cuello y, minutos después, roza el objetivo de la temporada con la yema de los dedos.
Y todo por un motivo fundamental y otro secundario aunque no menor. El principal, la victoria del Balonmano Guadalajara sobre Fertiberia Puerto Sagunto. La añadida, la derrota de un rival directo como el Globalcaja Ciudad Encantada en la cancha del Granollers. Curiosamente, tanto el triunfo alcarreño como el catalán estuvieron en duda durante demasiados minutos.
En Granollers, saltaba la sorpresa y en el David Santamaría David Bruixola era un muro intocable para los de César Montes. Corría el minuto 20 y el veterano guardameta había detenido el 50% de los lanzamientos locales. Menos mal que, enfrente Bombom Almeida respondía con idénticos porcentajes. El problema para el Balonmano Guadalajara es que su estrella, que arrastra desde hace semanas diversos problemas físicos, quedó tocado en una de sus intervenciones. Apenas se habían cumplido 10 minutos de partido y los locales mandaban dentro del recital de intervenciones de los metas (para abrir boca, Almeida ya acumulaba dos paradones y Bruixola cuatro en los primeros cuatro minutos de partido), explotando la primera exclusión de Sladic.
Almeida regresó a la pista apenas un minuto después, pero no pudo evitar que los valencianos se pusieran por delante poco después gracias a un tanto de Javier Tarrasó (6-7, minuto 15).
Con todo, la cita seguía con dos protagonistas muy por encima del resto. El dúo Bruixola-Almeida, bien secundados por el trabajo defensivo de sus compañeros y algunos desaciertos ofensivos de los rivales; empujaba la contienda a unos guarismos pobres (7-9, minuto 21). Y lo que es peor, transmitía la sensación de que la contienda caería del lado visitante puesto que la inercia inicial del Balonmano Guadalajara era ya noticia de otros tiempos.
Fue entonces cuando Montes llamó a capítulo a los suyos. Y fue entonces cuando empezó a conocerse que Cuenca daba la campanada ante el tercer mejor equipo del campeonato. El tiempo muerto surtió efectos sobre el David Santamaría y los alcarreños se marcharon al descanso vivos (11-12), aunque, como se diría en ciclismo, con el gancho puesto y sudando sangre para batir a Bruixola. A cientos de kilómetros de Guadalajara, el Goblacaja se retiró a vestuarios con ventaja.
Las sombras de la duda se amplificaron en el segundo acto. Bombom Almeida dejaba su puesto definitivamente a Carlos Barbero. No obstante, los nombres propios de la reanudación fueron Juanlu Moyano, Sladic y Malsinkas. El cordobés del Balonmano Guadalajara anotó tres goles consecutivos, mientras que la dupla valenciana mantenían a los suyos por delante. Fue entonces cuando Barbero, realizó dos paradas consecutivas. David Bruixola seguía siendo un muro muy alto para los lanzadores locales, pero fue entonces cuando la afición y el equipo volvió a creer. Además, desde Cataluña llegaban noticias de la remontada del Granollers. Y fue precisamente un catalán, el jugador que más veces ha vestido la elástica alcarreña, Edu Reig quien adelantó de nuevo a los de César Montes (20-19, minuto 44), algo que no ocurría desde el 6-5.
De pronto, Bruixola era un David terrenal y no un Goliath intimidador. Y su colega bajo palos era ese cancerbero internacional en categorías inferiores. Que se lo pregunten a Nebot a quien se le hizo de noche, sólo ante Barbero, casi pisando la línea de seis metros. Ese paradón y la inmediata roja descalificante de Ángel Fernández, dispararon a los locales y finiquitaron la contienda.
La alegría era inmensa en la plantilla alcarreña. Y así seguirá durante al menos una semana, pero como decía la película y bien sabe ya el BM Guadalajara, la vida es como una caja de bombones y nunca sabes cuál te va a tocar. La próxima degustación será el sábado, en Huesca, ante otro rival directo.