Una Copa con la que tragarse todos los sinsabores pasados

Es increíble pero cierto, hace apenas unos años se llegó a hablar de la desaparición del voleibol en Guadalajara, pero una empresa joven, con ambición y mucha ilusión como Seranco apostó por un proyecto sencillo que quería reverdecer laureles aunque siempre con los pies en el suelo. La llegada de ese patrocinador salvó al club del desastre y ahora todos juntos celebran la consecución de la Copa Príncipe en Lugo. Sin duda, el fruto a un trabajo muy bien hecho y eso que aún falta ponerle la guinda al pastel con un soñado ascenso a Superliga, la categoría que nunca perdieron en la cancha y sí en los despachos con la espantada de Reyal. “Seranco fue el trampolín que necesitábamos. No queremos ponernos ninguna medalla pero esta Copa es fruto del trabajo de todos. Con todas las calamidades que hemos pasado hemos aprendido a vivir el día a día. Nosotros estamos encantados y Seranco también porque su apuesta, cuando nadie daba un euro por nosotros, ha funcionado. Espero que sigamos juntos mucho tiempo”, destaca el portavoz de la comisión gestora del club, Pepe Izquierdo.