Una derrota que no entraba en el guión

24/03/2013 - 17:13 Alberto Moreno

El Quabit se mete en problemas. La derrota en casa ante el Puerto Sagunto no entraba ni en las pesadillas de los más pesimistas. La visita de los valencianos debía resolverse con triunfo. Ese era el plan. Sin embargo, anotando 18 goles –la menor en Liga de toda la temporada– es muy difícil aprobar el examen.
La defensa alcarreña no estuvo mal. De hecho hizo sufrir en varios momentos del partido a los lanzadores valencianos, pero lo que falló ayer en Guadalajara fue el ataque. El duro y agresivo engranaje defensivo de los de Vicent Nogués fue suficiente para aniquilar a los de Guadalajara, que además se encontraron con un Briuxola en estado de gracia y con la madera visitante como un enemigo más. Costó a los dos equipos quitarse el bostezo mañanero y entrar en el partido. De hecho, el primer tanto tardó seis minutos en aparecer en el David Santamaría, conseguido por el visitante Berrios, mientras que el primero de los alcarreños fue obra de Javi Parra, en su primer contacto con el balón. Ese tanto de Parra abrió la puerta del Quabit, que aprovechó la superioridad –tras la exclusión de Castellá–) con los goles de De la Salud y de Tremps en el pivote. Era el 3-2. Pero el Puerto Sagunto recuperó a su excluido y volvió a tomar las riendas en el marcador con dos tantos seguidos. Una remontada que no llegó a ser mayor gracias a un inspirado Jorge Gómez.

Con el 4-6 Mateo Garralda pedía tiempo muerto. Había que corregir, sobre todo, el aspecto ofensivo de su equipo y en la acción siguiente Bozalongo lo entendió a la perfección, levantándose sobre el muro visitante y soltando el brazo. De todas formas, al Puerto Sagunto se le notaba más firme en la pista y se movía muy cómodo en la renta de dos goles, una diferencia que solo pudo ahogar el Quabit, de nuevo con superioridad –dos minutos de Cherov–. Así, Bozalongo y Silva igualaron el marcador –8-8 a falta de cuatro minutos–. Pero de nuevo, el Puerto Sagunto, con los siete jugadores, tomó otros dos goles de ventaja. Con el 8-10 se cerró la primera parte.

Más de lo mismo
El segundo periodo comenzó de forma muy similar al primero, imponiéndose las defensas a los ataques. De esta forma, la lata no se abrió hasta los cuatro minutos con un lanzamiento de un hipermotivado Sergio Vallés, era el 8-11, la mayor diferencia del partido. ‘Tibu’ quería protagonismo y también puso el 8-12. El partido se le estaba escapando al Quabit. El equipo de Garralda empezó a bajar los brazos peligrosamente y necesitaba un revulsivo, una acción que le permitiese seguir confiando en la remontada. De momento, dos paradas de Jorge Gómez le dejaban con vida y una acción de Silva en una posterior contra colocaba el 9-12, pero el cuadro levantino volvió a ampliar rápidamente la renta. La madera, además estaba siendo la mejor aliada del portero Bruixola.

Quemar las naves
Garralda lo intentó con David Aguirrezabalaga, tenía que usar todas sus armas, pero tampoco le dio lo que necesitaba. Estaba claro, no era el día del Quabit y menos en esta segunda parte, donde ni siquiera pudo aprovechar, en esa ocasión otra superioridad para recortar diferencias. Algo que sí lograron los visitantes tras los dos minutos de Javi Parra, con el tanto de Chispi. Era el 11-17, la máxima renta del cuadro valenciano. Pero la garra alcarreña tenía que salir en cualquier momento. Eso era al menos lo que se esperaba del equipo. Y así fue, aunque de forma puntual. Un arreón local se convirtió en un parcial de 3-0 (goles de De la Rubia, De la Salud y Tremps). Era el 14-17 y el técnico visitante pidió tiempo muerto; no quería problemas en el tramo final del encuentro. Con el 14-18 Garralda solicitó su tiempo y puso, o intentó poner, orden en su equipo. Quedaba tiempo suficiente, solo faltaba confianza y sobre todo acierto ofensivo.

De la Salud apretaba el partido de nuevo (15-18), pero primero Milasevic, desde los siete metros, y desde la portería Bruixola abortaban la reacción local. Los minutos finales fueron de intercambio de golpes, con un Quabit más agresivo en su defensa, pero ante un Puerto Sagunto que tiró de veteranía, le fue ya imposible culminar esa remontada.

El partido entraba en su último minuto con 18-22, todo estaba ya prácticamente hecho, aunque aún hubo tiempo para dos paradones consecutivos de Bruixola, primero a Bozalongo en un contraataque y después a Silva. El premio fue de forma merecida para el Puerto Sagunto, un equipo que estuvo arropado por medio centenar de aficionados que disfrutaron de cada acción de su equipo y festejaron a lo grande la victoria.