Visita nostálgica y de trabajo para un cifontino en EE.UU.

De padre cifontino y con la doble nacionalidad en su poder, Labrador volvía a la tierra de sus antepasados para trabajar y mejorar el nivel de sus jugadoras. No es la primera vez que viene como representante de su universidad. Cada tres años, su equipo hace este tipo de giras que les lleva a jugar durante unas dos semanas por diferentes ciudades españolas. En este caso, Guadalajara, Soria, Alcobendas y Valencia serán sus citas con el voleibol. Pero además de voleibol, las chicas que entrena Labrador vienen a España para disfrutar de una experiencia vital y conocer otra cultura y otra forma de entender el voleibol. Y todo esto lo hacen con un guía de excepción, su míster.

El estadounidense analizó como similar el nivel del voleibol en Estados Unidos y en España, aunque explicó el juego es bastante diferente. “Para nosotros es muy difícil, porque estos equipos en España juegan distinto. Juegan una defensa muy buena, que provoca que tengamos que tener mucha paciencia, porque cada vez que atacamos, está la defensa y viene otra vez la pelota y luego vuelve a venir la pelota otra vez”, comentaba. Además, Labrador señaló que en Estados Unidos es difícil para los hombres abrirse camino en el voleibol. “Para los hombres es difícil, pero para las mujeres está mejor. Hay muchísimos equipos femeninos en las universidades”, añadía.

El de raíces alcarreñas es consciente de que el voleibol es un deporte minoritario, pero, desde su punto de vista, esto está cambiando en Estados Unidos. “Hay muchos niños de diez a catorce, quince años, que están jugando más a voleibol que a fútbol, a soccer. Allí son las chicas las que juegan mucho a soccer”, aseguraba Labrador. En cuanto a su pasión por el voleibol, Labrador explicaba que comenzó pronto y guiada por su nacimiento en el suroeste de los Estados Unidos. “Allí hace mucho calor y hay muchas oportunidades para jugar al voley playa. Jugué a este deporte durante toda mi vida escolar”, indicaba, diciendo que al llegar a la universidad tuvo que cambiar la playa por la pista y abrirse un hueco en el voleibol masculino, porque en Ohio hace frío para el jugar al voley playa.