Aquella estatua de Francisco Franco en Guadalajara

19/11/2023 - 12:56 Eduardo Díaz

El sábado 4 de diciembre de 1976, en horario matinal, se inauguraba la estatua en el centro de la plaza de José Antonio, hoy llamada Plaza Mayor, con presencia de todas las autoridades locales y provinciales las cuales acompañaban a Carmen Polo, viuda de Franco.

 El próximo lunes, 20 de noviembre, se cumplirá el 48 aniversario del fallecimiento de Francisco Franco, Jefe del Estado español durante 38 años. En la ciudad de Guadalajara existió una estatua en honor a Francisco Franco, que curiosamente estuvo instalada en dos plazas céntricas de Guadalajara. 

La historia de esta ya desaparecida estatua comenzó a principios de 1976 cuando la Confederación Nacional de Combatientes de Guadalajara propuso la construcción de una estatua en honor a Francisco Franco para colocarla en la plaza de José Antonio, frente al ayuntamiento, y que fuese costeada por suscripción popular. Para ello se creó una comisión que fue presidida por el gobernador civil de Guadalajara de aquella época Pedro Zaragoza Orts. En dicha comisión figuraban el alcalde de Guadalajara Antonio Lozano Viñes y miembros activos de la Confederación de Combatientes como: Domingo Cardero Prieto, Mauro José De Irizar, Ángel Sánchez Canalejas y Santiago Olivares, entre otros muchos. 

Para el pago de los gastos de la estatua se abrió una cuenta corriente que fue recibiendo numerosas aportaciones de ayuntamientos de la provincia de Guadalajara, organizaciones empresariales y de ciudadanos. En el mes de junio de ese año 1976 se superó la cantidad de 800.000 pesetas.

El semanario Nueva Alcarria, en su edición del sábado 5 de junio de ese año, daba en exclusiva la noticia de que la estatua de Francisco Franco sería realizada por el escultor Antonio Navarro Santafé; igualmente informaba a sus lectores de que la estatua sería de bronce, pesaría 800 kilos y en su base habría un pequeño jardín con un pequeño estanque incluido. 

El sábado 4 de diciembre de 1976, en horario matinal, se inauguraba la estatua en el centro de la plaza de José Antonio, hoy llamada Plaza Mayor, con presencia de todas las autoridades locales y provinciales las cuales acompañaban a Carmen Polo, viuda de Franco.

Tras los discursos desde la balconada del Ayuntamiento de Guadalajara de Antonio Lozano Viñes y José García Hernández, que había sido el último ministro de gobernación con Franco, la viuda de Meirás retiró el paño con los colores de la bandera de España que cubría la estatua, descubriendo  la figura de Francisco Franco subiendo una montaña con uniforme militar y unos prismáticos en su mano derecha. 

El 5 de marzo de1985, como consecuencia de las obras de peatonalización de la Plaza Mayor, la estatua fue desmontada y trasladada a la Plaza de Beladíez, junto a los colegios del Sagrado Corazón y el de los Hermanos Maristas. En este lugar la estatua fue objeto de numerosos actos de vandalismo e incluso una mañana de domingo apareció con un cubo lleno de pintura roja sobre su cabeza. 

En la madrugada del miércoles 23 de marzo de 2005, la estatua de Franco fue retirada de manera definitiva por operarios municipales y trasladada a unos almacenes de propiedad municipal. De forma sorpresiva e insólita, un empresario de hostelería de la zona levantina quiso comprar la estatua al Ayuntamiento de Guadalajara para instalarla en la entrada de su establecimiento; el secretario del ayuntamiento de Guadalajara manifestó a la Corporación Municipal que dicha estatua no se podía vender al ser una pieza construida por suscripción popular.