La antigua torre del puente árabe sobre Guadalajara
La construcción de un puente sobre el río Henares fue iniciada por el pueblo romano para dar paso a la Vía Augusta que comenzaba en la localidad extremeña de Mérida y finalizaba en Zaragoza. En la actualidad podemos observar las grandes losas talladas puestas bajo las aguas del río Henares, justo debajo del puente.
La construcción de un puente sobre el río Henares fue iniciada por el pueblo romano para dar paso a la Vía Augusta que comenzaba en la localidad extremeña de Mérida y finalizaba en Zaragoza. En la actualidad podemos observar las grandes losas talladas puestas bajo las aguas del río Henares, justo debajo del puente.
Posteriormente llegó la construcción del puente árabe en la segunda mitad del siglo X, bajo las órdenes del califa Abderramán III para dar acceso a la ciudad de Guadalajara, una de las más importantes de Al- Andalus. En la actualidad podemos observar como el puente consta de varios arcos apuntados, observándose justo en el centro del río un espolón sobre el que aparece un arco de herradura, llamado cariñosamente como “el Ojillo”. Según comentan las personas más veteranas de la ciudad, cuando las aguas del río Henares rebasaban el Ojillo, el barrio de la estación quedaba totalmente inundado.
Otro de los elementos que crearon los árabes en el puente fue la Puentecilla de Carrasalinera. Este puentecillo servía para cruzar el barranco del Alamín y continuar por el camino de la Salinera, sin tener que entrar por la zona urbana de Guadalajara.
Una vez llegada la Reconquista a España en el año 1492, en medio del puente árabe se levantó una torre que servía como punto de vigilancia, así como de control de paso de carruajes sobre las aguas del río Henares. Esta torre fue ampliada en el año 1592, con motivo de la visita, con su carruaje, del Rey Felipe II a la ciudad de Guadalajara. Este Rey, apodado cariñosamente como “el Prudente”, tenía un cariño muy especial a la ciudad arriacense, ya que el 27 de junio de 1559 había contraído matrimonio con Isabel de Valois en la capilla de Linajes del Palacio del Infantado.
Poco a poco la Torre del puente sobre el río Henares fue deteriorándose como consecuencia de los daños y suciedad que dejaban los frecuentes desbordamientos del río Henares. Incluso en la visita a Guadalajara del cardenal infante Alberto de Austria, en el año 1595, se tuvo que habilitar un paso provisional paralelo al puente árabe debido a las malas condiciones de la torre del puente. En el año 1757 una de las frecuentes riadas del Henares provocó la caída de un pilón de soporte. Ello trajo consigo que la mitad del viaducto, con parte de la torre incluida, cayese al agua, dejando inutilizado el paso de carruajes. Por todo ello el Rey Carlos III encargó al arquitecto Juan Eugenio de la Viesca la obra de restauración del puente árabe. Una vez finalizada se levantó un pequeño monumento en una de las orillas del río Henares, en el cual se explica la realización de las obras realizadas.
Otra de las grandes obras de rehabilitación del puente árabe sobre el río Henares se realizó a principios de 2019, siendo inauguradas en el mes de agosto del mismo año, quedando constancia de ello en una placa conmemorativa junto al monolito de terminación de las obras del siglo XVIII.
En marzo de 2023 la Fundación Iberdrola Española, en colaboración con la Junta de Comunidades de Castilla- La Mancha, inauguraron la iluminación artificial del incomparable puente árabe, un monumento declarado como Bien de Interés Cultural.