Atienza cabalga hacia otra histórica Caballada en la carrera patrimonial de toda una comarca

La villa medieval de Atienza vivirá este Domingo de Pentecostés su enésima Caballada, concretamente la número 863, una cifra nada desdeñable y que tiene en el sentimiento de los atencinos la fórmula para seguir inalterable, a través de los tiempos. 

Lo decía el alcalde Pedro Loranca, durante la presentación de la misma, celebrada en el palacio de Diputación, “Los cofrades de la Santísima Trinidad de La Caballada, no sólo llevan tras de sí una Fiesta de Interés Turístico Nacional, llevan sus sentimientos”, apuntaba. Sentimientos que reviven, cada año, en recuerdo de sus ancestros. “La Caballada es un día que todo los atencinos llevamos en el corazón”, puntualizaba, pero el componente turístico también es esencial, pues se ha convertido en todo un reclamo para el turismo, de una comarca que busca la declaración patrimonial, por parte de la Unesco del Paisaje Dulce y Salado de Sigüenza y Atienza. “Atienza está trabajando, este Ayuntamiento está trabajando, para que la villa pueda vivir del turismo, un sector que se ha multiplicado por cuatro en la última década”, recordada un orgullo alcalde, que agradecía el apoyo de Diputación y Gobierno regional para seguir conservando e impulsando la fiesta, y también el desarrollo de Atienza. 

De esto hablaba también la delegada de la Junta, Rosa María García, y cómo esta tradicional “es para viva de nuestro patrimonio”. “Desde el Gobierno que preside Emiliano García-Page protegemos y  ayudamos a mantener estas fiestas, no sólo como una mirada al pasado, sino como una visión de futuro”, reflexionaba, puesto que una manifestación cultural, “una seña de identidad”, se ha convertido en un atractivo turístico cada Domingo de Pentecostés, que puede desembocar en nuevas visitas a lo largo del año.  

El presidente de la Diputación, José Luis Vega también se hacía eco del “respeto” que los atencinos siente por esta fiesta, “respecto a sus ancestros” en una cita que es cultura, folklore, y turismo. 

Precisamente, hace pocas fechas se conocían los datos turísticos del mes de abril, “que han sido espectaculares”, dejando a la provincia de Guadalajara en top 10 de las más visitadas y pernoctadas. “Nos consolidamos como un destino turístico cultural, natural y sostenible”, apuntaba a este hilo la delegada de la Junta.  

 De pormenorizar los actos se encargaba el priostre Álvaro de la Fuente, que lucía las galas del domingo en la presentación “de una fiesta muy particular” dijo.  La Cofradía de la Santísima Trinidad celebrará en la víspera el Sábado de las Siete Tortillas en donde la junta directiva, la Mesa, peregrina hasta la ermita de la Virgen de la Estrella y allí degustan siete tortillas, diferentes, en recuerdo de los  siete días que, según cuentan, tardaron los arrieros atencinos en llegar a Ávila con Alfonso VIII.

Si hacemos un poco de memoria, fue en la mañana de Pentecostés de 1162 cuando la cofradía de arrieros existente entonces en Atienza ideó un plan para sortear a los milicianos. Pidieron permiso para atravesar el asedio simulando realizar una romería a la cercana ermita de la Virgen de la Estrella y aquello sirvió de distracción a las tropas leonesas. Mientras tanto, las caballerías más veloces condujeron al rey niño hasta Ávila. De esta manera Alfonso VIII pudo conservar la corona castellana independiente de la de León. 

Y así lo simularán el domingo. A partir de las 10.00 horas, partirán a caballo desde la villa los hermanos de la Cofradía, dos horas más tarde lo harán los devotos. Allí se sucederá el ritual, las subastas de las andas, las de las roscas, todas en celemines de trigo, las jotas en el portalillo, la comida de hermandad de los hermanos y la de los peregrinos ... Para luego dar paso a las tradicionales carreras de caballos en el camino de las cuevas y retornar a la villa para echar el último trago en el porrón.

Los atencinos volverán a reunirse en esta cita para acompañar a los herederos de aquellos arrieros que salvaron al Rey Niño, Alfonso VIII, de las manos de su tío , Fernando II de León, quien presionaba política y militarmente para hacerse con la corona castellana, aprovechándose del desamparo del pequeño monarca. 

“Es un lienzo de la historia de España”, decía el secretario de la Cofradía de la Santísima Trinidad, Jesús de la Vega, “tal cual”, con el mismo programa, los mismos recorridos, el mismo ritual, el mismo atuendo. “Paisaje y cofrades forman un todo que este año reunirá a cuatro generaciones de una misma familia, Longino Fuertes tiene a su  hijo, nieto y bisnieto este domingo vistiendo la chaquetilla corta en una Caballada muy especial.  “Somos una cofradía de recueros, una cofradía de recuerdos”, sentenciaba. 

PROGRAMA Domingo 7 de junio       

10.00 horas. Reunión con los Cofrades en casa del Prioste con sus caballerías: se pasa lista, se leen las multas y se subasta la bandera.
10.15 horas. Los hermanos recogen al Abad y atravesando las Plazas del Trigo, de España, Calle Real y convento de San Francisco se dirigen con la comitiva a la ermita de la Estrella (2 km. camino de Madrigal)
12.00 horas. Procesión con la Virgen de la Estrella desde la ermita hasta la Peña de la Bandera. Se subastan las Andas de la Virgen en celemines de trigo.
12.30 horas. Misa en la ermita de la Estrella.
13.15 horas. Finalizada la misa se realiza la Subasta de Roscas en la puerta de la ermita. La subasta se realiza en celemines de trigo.
13.45 horas. Los cofrades bailan en el portalillo de la ermita ante la imagen de la Virgen.
14.30 horas. Comida de la Hermandad en el comedor de la ermita.
16.15 horas. Los cofrades bailan, de nuevo, ante la imagen de la Virgen.
17.30 horas. Los cofrades se despiden de la Virgen cantando una Salve en el interior de la ermita.
17.45 horas. Volviendo por el mismo itinerario  de la mañana, la comitiva atraviesa la villa y se dirige al Camino de las Cuevas (en la carretera dirección Cogolludo) donde tienen lugar las Carreras de Caballos a las 18.30 horas. 
19.00 horas. Obsequio de limonada por el abad a los cofrades, en la Plaza del Trigo.
19.15 horas. En la casa del prioste, los hermanos finalizan la celebración con el tradicional trago de vino en porrón.