Cemento
Hace unos años había una canción que decía que España olía a pueblo. Años después, algún famoso de poco mérito decía que Madrid olía a repollo cocido.
En estos días electorales yo digo que España y cada uno de los pueblos donde vivimos, huelen a cemento, bueno y a alquitrán.
No hay calle que se precie que no tenga levantadas las aceras y se hayan reducido las dos direcciones, a una sola. Pintan las rayas blancas laterales de calles y carreteras y las cebras vuelven a brillar.
Tenía que haber elecciones municipales con más frecuencia. Algunos partidos nos quieren ganar a base de obras. Y lo consiguen. Porque las caras de pueblos y ciudades cambian a mejor. Ahora son pequeños inconvenientes que como habitantes tenemos que sufrir. A los partidos políticos no se les ve el plumero con tanta obra, se les ve la urna.