Decibelios

Qué descansada vida, la del que huye del mundanal ruido, y escoge la senda de los pocos sabios que en el mundo han sido…”
         Estamos inmersos en el ruido. Menos mal que se combate con el insomnio, los trastornos vasculares, problemas de aprendizaje, incluso con violencia.
         Un vecino utilizó su escopeta cargada de perdigones contra unas  personas que elevaron en exceso los decibelios de la comunicación.
         Hace tiempo un veterinario,  que cogía manzanilla en la sierra de Madrid, y le molestaba el ruido de un helicóptero, cogió una piedra, y abusando de su buena puntería, hizo que el helicóptero tomara tierra ipso facto.
         No puedo seguir escribiendo porque está funcionando la aspiradora.