El cinturón de seguridad toca el bolsillo
Nada menos que en 1.523 ocasiones, durante el año pasado, que fuesen detectadas, nuestros cuerpos no iban protegidos por un sistema de seguridad elemental.
Cada año, miles de personas mueren en las carreteras. Imprudencias, errores, falta de mantenimiento del vehículo o de la vía… Las causas de un accidente pueden ser infinitas, pero lo que más preocupa es que seamos nosotros mismos los causantes de nuestra desgracia o la de otra familia que ninguna culpa tenía. Porque el cinturón de seguridad parece que no se ha convertido en un acto automático para todos los que nos sentamos en un vehículo. Hace décadas no era extraño viajar en el coche sin el cinturón. Molestaba, nos daba calor, picaba, tiraba de nosotros… hasta que los responsables de Tráfico del país se pusieron serios y establecieron su uso como obligatorio. Parece que el mensaje no caló en todos, pues aún hay conductores –y pasajeros– que se niegan a usarlo. Así lo captaron en 1.523 ocasiones los policías y guardias civiles de la provincia durante el año pasado. Nada menos que 1.523 ocasiones en las que nuestro cuerpo no iba protegido por un sistema de seguridad elemental en la carretera. El más sencillo, el básico, el imprescindible. Tanto es así que su uso también es obligatorio en los autobuses. Ahí, quizás, somos menos conscientes de su importancia, por lo que aún son muchos los que optan por no colocárselo, dado que no es tan visible como el del vehículo particular. Tampoco ayuda el hecho de que aún estén circulando autocares sin este elemento, dado que no han superado su vida útil. No se puede olvidar el conductor, por otro lado, de que los niños necesitan elementos especiales de retención, que son un seguro de vida en caso de choque. Sea como fuere, parece que aún no somos conscientes de que un coche se puede convertir en una máquina de matar a cierta velocidad, y que son muchas, demasiadas, las vidas que han acabado de mala manera en la carretera. Pero como si no nos tocan el bolsillo no hacemos caso, ya hay tres cámaras en la provincia que vigilan el uso del cinturón de seguridad, y aunque de momento solamente informan a los infractores, en breve darán malas noticias a más de uno.