En deuda con la muerte digna

03/08/2018 - 12:07 Blanca Gotor

Este gobierno, nos ha sorprendido, en el poco tiempo que lleva en el poder, abordando temas de relevante importancia social, en su hoja de ruta han pretendido recuperar la normalidad política institucional necesaria en nuestro país”, regenerar la vida democrática de nuestro país y poner en marcha una agenda social que atienda a las urgencias sociales que sufren muchos ciudadanos en nuestro país. 

   Pues bien a esta lista de cambios, le pediría al actual gobierno de Pedro Sanchez que aborde el tema de la “Eutanasia”. Resulta imprescindible, que incluya el debate “por una muerte digna”, y una conclusión al respecto, pues como ya sabemos en otros países la resolvieron y esta en vigor desde hace años .

En Bruselas, La Cámara Alta belga incluso ha aprobado ya el proyecto de ley que despenaliza la eutanasia para menores de edad, siempre que se cumplan una serie de condiciones como que el niño cuente previamente con el consentimiento de sus padres y con el aval de un profesional  psicólogo.

La extensión de dicho proyecto de ley a menores de edad, está sujeta a una serie de condiciones. El niño puede solicitar la eutanasia si sufre “dolores físicos insoportables”, está en fase terminal de su enfermedad .

Esta reforma, superó en mayoría los votos en comisión parlamentaria y en el Senado, los menores pueden acogerse a un derecho que ya asiste a los adultos belgas desde 2002.

Sin duda España esta en la quinta pregunta, respecto a Bruselas, pero tal vez seria interesante pensar que es buen momento para avanzar en este delicado asunto y  comenzar a cuestionarnos cual es el problema o el obstáculo que tenemos en nuestro país, para no progresar nunca en este tema de gran relevancia y sin respuestas legales todavía; tema, que sin duda, tiene que ver con nuestros derechos mas intrínsecos,  tanto en  vida como en la elección de “la muerte” dignas.

Pido por tanto a esta nueva etapa de cambio y mejora que no desaprovechen la oportunidad de abordar este tema y tratarlo con  la rigurosidad que merece, pues todos somos susceptibles y maduros, para entender, que la “Eutanasia” ha  de ser tratada con la dignidad y trasparencia que merece, lo cual nos convertirá sin lugar a dudas, en un país evolucionado donde las personas somos responsables y capaces de asumir nuestra decisión fundamental sobre nuestra forma de vivir y morir.