Ferias multitudinarias, buen tiempo y ausencia de incidentes
Su desarrollo en el centro urbano es posible sin estragos en parques o jardines, incidencias que lamentar o graves problemas de convivencia como ha quedado demostrado.
Éxito de las ferias y fiestas de Guadalajara porque se han cumplido las premisas para calificarlas así. En primer lugar el tiempo, especialmente por la ausencia de lluvias, ha animado a la participación, al paseo por la feria, a la asistencia a los distintos actos programados haciendo posible su celebración. Multitud de personas, a todas horas del día, han disfrutado de un ambiente festivo por numerosos espacios de la ciudad, además del recinto ferial. El modelo de ferias actual, el recuperado por el anterior equipo de Gobierno, es el que gusta a peñas y vecinos. Plantearse llevarlas a un recinto ferial no sería buena idea. Su desarrollo en el centro urbano es posible sin estragos en parques o jardines, incidencias que lamentar o graves problemas de convivencia. Todo ha transcurrido dentro de los límites razonables de la normalidad, los dispositivos de limpieza y seguridad han funcionado y lo más importante, los asistentes han estado a la altura de las circunstancias. A ello se suma que no hemos tenido que lamentar, apenas, heridos graves ni en los encierros por la calle ni en la suelta de vaquillas posterior ni en los propios festejos en plaza o toros de fuego, salvo dos casos, uno de ellos muy alarmante, a los que deseamos una rápida y total recuperación.
Respecto a los actos más masivos también han transcurrido sin sucesos de relevancia, en particular el concierto de Melendi, para el que se habían agotado las entradas hace tiempo. Allí lo peor fue el desprecio que recibimos los periodistas asistentes para cubrir el acto y ofrecer la información. Lamentable. En la plaza de toros ha habido, por su parte, buen ambiente, tardes agradables, aunque sin grandes faenas para el recuerdo. El vermú de Nipace se convirtió de nuevo en punto de encuentro de amigos y familiares, con el añadido del buen destino de la recaudación lograda. En la feria, asimismo, tampoco cabía un alfiler. Atracciones y chiringuitos de comida, pese a los altos precios, tuvieron gran demanda. Los feriantes también tienen que ganarse la vida. Han faltado, eso sí, más actividades infantiles en las jornadas sin clase del jueves y del viernes.
En definitiva han sido días de alegría, ambientazo, participación y respaldo de la idea de fiestas. Todo es mejorable claro, pero motivos hay para la satisfacción con lo que hoy hemos logrado.