Fin de semana de ilusión y calor
Pese a los contratiempos se puede considerar un nuevo éxito la celebración del maratón de los cuentos.
En la fiesta de la palabra uan destacó sobre las demás por las múltiples veces que fue repetida por el público que se acercaba a disfrutar del magnífico evento cultural que el Seminario de Literatura Infantil y Juvenil, con poco presupuesto y mucha ayuda de voluntariado, hace realidad cada año. Fue calor. Las altas temperaturas resultaron agotadoras, en especial durante los mediodías y las primeras horas de la tarde, pero no pudieron con la ilusión de familias enteras y amigos que se juntan para vivir la magia de los cuentos. De menos se echó en esta edición el patio de los Leones, marco majestuoso, sustituido por la ubicación en los jardines con menor capacidad para albergar a la multitud. Otro contratiempo fueron las labores de preparación de las alfombras para la procesión del domingo que afectó a actividades paralelas. Pese a todo, una vez más, tenemos que hablar de éxito por el alto número de participantes, el cumplimiento de la programación, la ausencia de incidencias destacables y sobre todo por el ambiente en los alrededores del monumento más emblemático de la ciudad, el Palacio del Infantado, que durante todo el fin de semana ha sido un ir y venir de gente constante que ha mostrado su interés, curiosidad y complicidad con una fiesta que es de todos porque cualquier ciudadano puede participar y porque el programa incorpora propuestas para las distintas edades y gustos. Enhorabuena pues a los organizadores, que personificamos en su fundadora, y principal mantenedora, Blanca Calvo. El maratón forma parte de cada uno de nosotros y de nuestra historia como ciudad. Varios eventos deportivos, algunos de carácter nacional, algo que se ha convertido en rutinario, la bella procesión del Corpus que la Cofradía de los Apóstoles organiza desde hace seis siglos por las calles de la capital, adornadas con alfombras y altares, con los niños que este año han celebrado su Primera Comunión, convertida en una gran fiesta de la familia, así como la carrera solidaria para conmemorar el 90 aniversario de las Adoratrices en Guadalajara, tesoro para muchos guadalajareños desconocido, han completado un fin de semana intenso en una Guadalajara llena de vida y ofertas que siempre gozan de la aceptación de unos vecinos receptivos, colaboradores y de ejemplar comportamiento.