La exposición Brujas de La Alcarria, a 100 euros de convertirse en una realidad
El proyecto de crowfounding puesto en macha por el Monasterio de Monsalud para levantar la exposición Brujas de La Alcarria está a punto de convertirse en una realidad. En su última semana en Verkami, menos de 100 euros le separan de lograr los 3.500 con los que podrán abrir esta innovadora y fascinante propuesta.
El Monasterio de Monsalud encara la última semana de la campaña de crowfounding que ha lanzado a través de internet para montar la exposición Brujas de La Alcarria, un ambicioso proyecto con el que esperan desarrollar el potencial turístico de este monumento y toda la comarca. Fue hace casi un mes cuando lanzaron la campaña, con la que esperaban reunir los 3.500 euros que costaría montar una exposición en la que se dan cita las historias de brujas de La Alcarria y las nuevas tecnologías. A lo largo de este tiempo se han ido sumando mecenas a la iniciativa y el pasado viernes, a falta de seis días para el final de la campaña, ya han logrado reunir 3.416 euros.
Precisamente, el arqueólogo responsable de la gestión del Monasterio, Javier Fernández, se mostraba optmista la semana pasada sobre las posibilidades que tenía el proyecto de salir adelante. “Creo que lo vamos a conseguir”, señaló antes de apuntar que también ha habido varios ayuntamientos que han expresado su interés por la propuesta.
Al margen de la interesante documentación reunida por los responsables del Monasterio y relativa a los casos de brujería documentados en los siglo XVI y XVII en la zona, la exposición se apoyará también en el uso de las nuevas tecnologías. Así, habrá un simulador de vuelo de brujas, para lo que será necesario grabar con un drone un vídeo en 360º de un recorrido en escoba por el monasterio de Monsalud. A continuación, tras procesar el vídeo, los visitantes podrán, mediante unas gafas y un asiento especial, llevar a cabo el vuelo en primera persona. También habrá un simulador de quema en la hoguera en la que lo más interesante será el reto de apagar las llamas mediante la aplicación de la diadema Muse, que mide la actividad cerebral y la concentración. Por último, contará con un simulador de escarnio público en el cepo, en el que el visitante será víctima del cepo y, a través de unas cardboards, será víctima de la ira de una masa enfurecida.