Pactar o no pactar
Ayer vi una imagen insólita en un campo de futbol de categoría infantil, que me ha hecho pensar mucho sobre nuestra situación política.
Ayer vi una imagen insólita en un campo de futbol de categoría infantil, que me ha hecho pensar mucho sobre nuestra situación política.
Se trataba de unos niños que contemplando la violencia que comienza a ser habitual en los campos de futbol de adolescentes, los jugadores-niños, decidieron darse la vuelta ante el espectáculo que se estaba avecinando.
“Los pequeños alevines del Málaga C.F. han parado el partido que disputaban ante la fuerte discusión que protagonizaban seguidores de ambos equipos en las gradas, y les han dado la espalda en un gesto de repulsa por la violencia”.
Aunque aparentemente futbol y política son dos disciplinas muy distintas la forma de afrontar la victoria o la derrota en cualquier ámbito, compruebo que siempre es igual.
Como ciudadana simplemente les pido a “estos endiosad@s” polític@s, que por favor, no nos hagan pasar más vergüenza ajena, que dejen “el triángulo o el aro dorado”, en sus cajones, y se pongan a trabajar por las causas que de verdad nos preocupan a l@s ciudadan@s .
Llegado a este punto de los mal llamados “pactos” incongruencias, desacuerdos, intercambio de cromos, y cruce de palabras vacías intentando demostrar a ver “quien la tiene más larga”, se agradecería que comenzaran a no dilatar más su falta de trabajo honrado por las causas importantes….
Por otro lado Pedro Sánchez enfila la recta final hacia la investidura y me temo que, si de nuevo no hay acuerdos, nos veremos abocados a otras nuevas elecciones, y… yo juraría si mi tv no engaña que el Sr. Pedro Sanchez había salido ganador absoluto por la mayoría de los ciudadanos y por segunda vez. ¿Por lo tanto, mi pregunta es… que es lo que no entienden el resto de desfavorecidos?
Agradecería visto lo visto que los pequeños futbolistas, vuelvan a instalarse en mitad estos partidos cargados de “sin propósitos y políticas mal entendidas”, y les den lecciones de bienestar.
Finalmente tal vez la solución a todo este “poltergeist” que estamos viviendo sería darles la espalda y comenzar a autodefendernos nosotr@s mism@s