Pádel estepario

26/10/2018 - 19:37 Antonio Yagüe

El respaldo oficial a este deporte ha sido tan imparable que está llegando con los años a la comarca molinesa.

Zapatero y su vicetercero Manuel Chaves, sí el ex presidente andaluz famoso por los ERES, ya tiraron la casa por la ventana en 2010, año de crisis económica por excelencia. Lanzaron un programa de “desarrollo sostenible”, continuación del derrochón ‘plan E’ de la ministra Elena Salgado, con una lluvia de millones al tuntún para que ningún pueblo, grande o pequeño, se quedara sin su pista de pádel. El plan, con el objetivo de mantener miles de empleos, incluía hacer más confortables cementerios y servicios mortuorios, aprovechando en algunos casos escuelas y casas del maestro vacías. 

El respaldo oficial a este nuevo “deporte nacional”, inventado  por la jet de Acapulco (México) en 1962, ha sido tan imparable que está llegando con los años a la comarca molinesa. Como cuando el franquismo de verdad con la popular pelota a mano, la Junta de Page, la Diputación de Latre y los municipios con alcalde de turno a piñón fijo, han recogido la clientelar antorcha y provisto subvenciones. Por unos miles de euros pagados más a menos a escote, de 15.000 en adelante, están construyendo estas deportivas y apasionantes infraestructuras, como las que echaba en faltaba José Luis López Vázquez en las españoladas películas de los años sesenta. 

Algunos de estos recintos se levantan en abandonados eriales; otros, junto a la piscina municipal si la hay, aunque esté cerrada casi todo el año por el frío que pela; y otros, incluso junto al cementerio. Puede ser el entorno más idóneo para, de paso, hacer algo de compañía a los muertos. Los difuntos, muchos de los cuales no sabían ni cómo se coge una raqueta, pueden esperar sin prisa a que se celebre algún partido. Es difícil, salvo que se acerque de paso alguna pareja de las 68.478 personas federadas  en este deporte en toda España. Ya están curados del espanto de manirrotos con el dinero público, es decir “de nadie”, como acuñó la hoy vicejefa del Gobierno Carmen Calvo.

Mi amiga rusa Inna Kuniza no lo ve tan raro. Cuenta que los nuevos hijos de Putin se dan estos lujos y otros peores en plena estepa siberiana ¿Por qué no en la molinesa? Además, siempre servirán, aunque no juegue nadie, para echar un baile o una merienda. O, a una mala, de aprisco.