Sigüenza eterna

26/07/2016 - 22:31 Pedro Villaverde Martínez

Nuestra estancia en verano hace posible constatar lo dicho y próximos a celebrar Santa Marta queremos resaltar la gastronomía.

Hoy queremos dedicar nuestro comentario a esta ciudad que tanto arte atesora en sus monumentos y calles y en la que ya pasamos unos días de veraneo como cada año. Su catedral es un monumento de primer orden, tanto en lo arquitectónico como en lo  escultórico… Mencionaremos tan sólo la bella y popular escultura del Doncel y en este verano, además esa magnífica exposición de Atempora que hemos tenido la oportunidad de visitar de manera guiada y la cual recomendamos. También Sigüenza es en lo docente de singular importancia con sus colegios de la Sagrada Familia, de las Ursulinas, Doroteas… por citar algunas muy significativas y representativas. La gastronomía continúa ocupando un puesto muy destacado y  su situación geográfica le sigue acompañando con un clima envidiable para ser un lugar al que a la gente le dé la gana visitar, jugando con las palabras de Cela en este año que conmemoramos el centenario de su nacimiento. Sus Fiestas Medievales acaban de festejarse con gran éxito y son muchas otras las que se celebran con boato y atractivo para el turista.  También realza la ciudad y sus panorámicas el Castillo convertido en Parador de Turismo y que junto a la catedral dan una muy bella panorámica a cuantos por carretera, ya desde Atienza, ya desde Guadalajara, se acercan a ella. Hablar de Sigüenza resulta difícil, primero porque tiene historiadores que ya han dicho casi todo y después porque en ella el arte se hace piedra y la piedra arte y su cultura ya antigua parece fuente inagotable. Lástima que el tren cada vez se deje oír menos… y más espaciado. Recordamos estas cosas y obviamos muchas en estas fechas en que la ciudad recibe a sus veraneantes y prepara su fiesta de agosto que pregonará nuestro buen amigo y uno de los pocos cinceladores que quedan por España, Mariano Canfranc. Nuestra estancia durante parte del verano ha hecho posible constatar todo ello y próximos a celebrar  Santa Marta queremos resaltar la gastronomía, antes citada,  representada por cuantos en ella  trabajan o han trabajado. El arte del yantar perdurará siempre. Nuestra felicitación a los que se dedican a este noble arte culinario, no menor, ni mucho menos, pues recordemos aquello de primero es ser y después filosofar.