'Sin un sí, es un no', por el respeto

08/08/2016 - 13:31 Redacción

El Instituto de la Mujer está llevando a cabo en el medio rural una campaña de concienciación para evitar agresiones sexuales.

El Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha está llevando al medio rural una campaña de concienciación para evitar las agresiones sexuales que aumentan considerablemente cada verano, momento del año propicio para ir de fiesta por la gran oferta lúdica existente, el buen tiempo, los días más largos y las vacaciones. El lema, ‘Sin un sí, es no’ deja clara la finalidad de estas jornadas dirigidas a los jóvenes. Las relaciones sexuales deben ser consentidas o aceptadas de forma clara e inequívoca para evitar los abusos de superioridad que terminan en un comportamiento violento y delictivo. El problema, que se complica cuando los protagonistas están bajo los efectos del alcohol u otras sustancias que alteran sus capacidades y sensaciones, es de respeto a la voluntad de la joven que en ocasiones no llega a oponerse a estar con el chico al que conoce, pero su deseo no es llegar tan lejos. El varón, por su parte, se aprovecha de la situación, no sabe parar a tiempo o piensa que su masculinidad le obliga a ir a más porque es lo que se espera de él. Por ello la campaña, para la que se ha editado abundante material y que ahondará en las redes sociales, plataforma de comunicación donde más y mejor se mueven los menores de 30 años, está diseñada para sensibilizar sobre los problemas de fondo de estas relaciones, en principio de amistad entre un hombre y una mujer, que terminan con un forzamiento de la chica. El Instituto de la Mujer busca en primer lugar que la joven sepa valorarse a si misma y tener claro que es ella quien libremente debe decidir si acepta o no esa relación sin verse abocada  por la situación generada que puede ser mal entendida por el hombre. Por ello debe decir sí y en caso contrario es que no. También quiere concienciar a los chicos de que no son más masculinos por actuar así y que no caigan en los estereotipos clásicos que les pueden llevar a ser dominantes. Y por último, advierte, de que estas conductas son una manifestación más de la lacra de la violencia de género que se debe erradicar. En definitiva se trata de respetar lo que la otra persona quiere.