Un lugar muy recordado en Guadalajara: Bar Remo
La barra en donde trabajaban los camareros era igualmente rectangular y a su alrededor se situaban las sillas altas en donde se sentaba la clientela a degustar las consumiciones.
Pasadas ya las fiestas de Guadalajara, en el rincón de esta semana vamos a recordar a un mítico bar de nuestra ciudad que se encontraba en el interior del Parque de la Concordia; nos estamos refiriendo al “Bar Remo”. Fue en el año 1967 cuando el empresario local de hostelería Emilio Oliva Fernández consiguió la autorización municipal para la construcción de un kiosco de bebidas en el Parque de la Concordia, el cual se situaba entre el templete de la música y el paseo diagonal que atravesaba el paseo. Su diseño era totalmente innovador y se componía de una plataforma metálica rectangular, la cual estaba protegida por largos cristales trasparentes.
La barra en donde trabajaban los camareros era igualmente rectangular y a su alrededor se situaban las sillas altas en donde se sentaba la clientela a degustar las consumiciones. Dentro del establecimiento existía una peculiar maquina de tocadiscos que al módico precio de cinco pesetas daba la oportunidad de escuchar dos temas musicales entre los muchos que se ofertaban y siempre con la música más actual.
Si por algo destacaba el bar Remo era por las citas de parejas de enamorados que, tras tomar sus consumiciones y escuchar su música favorita, emprendían su paseo hacía la zona de la ermita de San Roque, en donde predominaba la oscuridad y propiciaba momentos muy románticos.
El mayor problema que tuvo Emilio Oliva a la hora de abrir el establecimiento de hostelería fue la imposibilidad de crear los aseos dentro del local al no existir sumideros en el parque. Ante ello, el Ayuntamiento le facilitó las llaves de los urinarios situados frente al bar Remo y por ello los clientes le tenían que pedir a los camareros dichas llaves para utilizarlos.
El mayor apogeo del Remo llegaba en la época del verano, lo cual obligaba a sacar mesas y sillas en su exterior e incluso había días en que se colocaban más de cincuenta mesas con sillas muy especiales, ya que se fabricaban en la carpintería de la familia “ Retuerta”, la cual se encontraba en la calle de la Mina. Cuando los fines de semana actuaba la Banda Provincial en el kiosco de la música, la terraza se llenaba por completo e incluso la clientela tomaba sus consumiciones en el suelo. Pero sin lugar a dudas el mayor éxito del establecimiento llegaba a finales del mes de septiembre con la celebración de las ferias y fiestas de Guadalajara, ya que el recinto ferial al completo se situaba en el Parque de la Concordia. A cualquier hora del día, tarde o noche de la semana festiva, el “ Bar Remo” era un auténtico trasiego de personas tanto de la capital como de los pueblos de la provincia.
El final del bar Remo llegó en el año 1975 con la remodelación del parque de la Concordia y junto al bar se demolieron los urinarios y la biblioteca Cervantes, salvándose milagrosamente el kiosco de la música que también estaba previsto el derribarlo.