¿Volvemos al trabajo?

27/08/2016 - 12:28 Pedro Villaverde Martínez

Estamos casi despidiendo este mes de agosto y ponemos la vista en la vuelta al trabajo. Muchos dirían que sería estupendo porque son muchos los que todavía se encuentran inmersos en el paro.

Estamos ya casi despidiendo a este mes de agosto y ponemos la vista en la vuelta al trabajo. Muchos dirán que sería estupendo porque son muchos los que todavía se encuentran inmersos en ese paro que no cesa. Pero el verano se termina y agosto echa la llave a unas vacaciones largas o menos según para quien. Lo cierto es que este verano podemos calificarlo de caluroso y diríamos que de acalorado por esa situación política que parece estancada y que debe ponerse en marcha a la mayor celeridad. Hemos estado en Sigüenza  una temporadita y aún por estos lares ha hecho un calor mayor de lo que suele ser habitual. Ya hemos escrito mucho, aunque tal vez nunca demasiado de esta bella y agradable ciudad. No vamos a repetir más las condiciones de veraneo que reúne pero sí que cuando se celebra la Procesión de la Virgen de la Mayor parece el inicio de esa vuelta al trabajo cotidiano. Tampoco vamos a describir cómo han sido las Fiestas seguntinas, ni esos varios conciertos, ni otras muchas cosas que invitan a venir a esta ciudad para pasar unas agradables vacaciones.         Lo cierto es que ahora ya empieza el éxodo de vuelta a los lugares de donde se vino para empezar ese nuevo curso, retomar esos problemas que quedaron pendientes y esperar entre otras cosas que llegue a constituirse ese más que necesario Gobierno. El pesimismo puede que embargue a más de uno aunque hay que sobreponerse y pensar que el curso que se inicia será necesariamente mejor que el anterior. Esperamos que allá donde cada uno haya pasado eso que llamamos vacaciones haya encontrado lo mejor para descansar y cargar pilas. Queremos no obstante manifestar que esa falta de Gobierno real y no en funciones invita a que todos estemos con el gran deseo de que el próximo curso empiece y continúe con la normalidad que precisamos. Ni queremos pecar de optimismo ni de pesimismo pero sí de los mejores deseos de que se instale la normalidad y podamos en paz ir mejorando la situación de nuestro país que corre el peligro de regresión y no de ese progreso tan deseado como necesario. Tan solo añadir una felicitación enorme al Pregonero de las Fiestas de este año, nuestro gran amigo Mariano Canfranc, ese maravilloso cincelador que todo el mundo conoce y que lo bordó.