Ya están aquí otra vez

19/02/2017 - 10:59 Jesús Fernández

Estamos viviendo en España unas vulgares variantes del marxismo totalitario aplicado por jóvenes que no saben lo que practican.

Han vuelto. Como si no hubiesen estado nunca y no hubiesen clamado suficiente durante la década de los 70.  Es la izquierda  de siempre con su furor y discurso moralizador. Son los mayores enemigos de nuestra libertad. Rinden culto al marxismo, practican el comunismo y hacen al capitalismo el responsable de todos los males de la sociedad. Están obsesionados por la masa, por la clase social, por el odio, el conflicto, por la revolución, por la movilización  y la manifestación. Nadie sabe lo peligroso que puede ser la vida, lo oscuro que puede ser la civilización  en occidente si la nueva-vieja izquierda llega al poder. Yo estaba en Bonn, (Alemania), aquel  23 de agosto de 1968, cuando  soldados, oficiales y tanques soviéticos invadieron y bombardearon Checoslovaquia por miedo a la primavera de Praga. ¿Qué cosecha de libertad pueden prometer éstos que ahogan con tanques cualquier brote de la misma? Había una línea Stalin-Breschnew que no se podía traspasar.
    Estamos viviendo en España unas vulgares variantes del marxismo totalitario aplicado por jóvenes que no saben lo que es el bolchevismo que practican. No han leído nunca a Marx, se mueven por unas consignas y unos dogmas que llevan prendidas en la cabeza, son víctimas de las soflamas de sus profesores y maestros de la frustración y el resentimiento. No les importa que en los regimenes comunistas se tapen bocas, se callen voces discordantes, se corten cabezas, se haga desaparecer a disidentes, se encarcele a opositores, se asaltan propiedades. Están en la  pubertad del marxismo y en la infancia del totalitarismo, cuando sus padres les llevaban a la peluquería. Ignoran que el comunismo   es el mayor enemigo de la  más  dulce etapa económica que ha vivido Europa. Creen todavía en la superideología  del marxismo leninismo.
    Ellos son de izquierda y no comprenden que nadie pueda ser de derechas o estar a la izquierda de ellos. Todos los demás partidos son reaccionarios y se puede esperar cualquier cosa (nunca buena) de ellos. Pero nos han enseñado que la partida de la democracia  no es como un juego de cartas en un café. Hay que tomarse en serio a estos jóvenes que se toman en serio la política. Podemos tacharles de idealistas, románticos, utópicos  pero el “pop” también es una forma de música seria. Sandinistas del mundo libre, se han introducido y sentado en las instituciones, en las universidades del capitalismo que desprecian como totalitarias y antidemocráticas proporcionando y desarrollando argumentos para solucionar problemas que saben que no tienen solución. Todos los que no son de su opinión deben desalojar el camino en las instituciones, en las redacciones, para que pasen ellos. Quieren el bien y la igualdad pero respiran odio y maldad y comen la paella con cuchara y tenedor.