Dani Molina: el valor del bronce después del oro

20/10/2025 - 18:48 Alberto Moreno Pérez

A veces las medallas más valiosas no son las que brillan más, sino las que llegan después de la tormenta. Un año después de tocar el cielo en los Juegos Paralímpicos de París, el paratriatleta Dani Molina volvió a subirse al podio mundial. Esta vez fue bronce, pero con sabor a victoria.

He tenido un año muy malo, con muchas lesiones. Estuve casi tres meses sin correr”, confiesa y reconoce que “de todos los mundiales que he corrido, este ha sido el de más nivel, sin duda. Los cinco o seis primeros llegamos en apenas un minuto y medio”.

El circuito en Wollongong (Australia) fue exigente. Una natación corta, una bicicleta con cuestas “de pecho” —como las llama él— y una carrera a pie que, una vez más, volvió a ser su terreno. “En bici perdí posiciones, pero corriendo recuperé hasta el tercer puesto. Fue duro, pero sabía que podía estar ahí”.

Lo dice un hombre que lleva más de dos décadas desafiando límites. Desde aquel accidente de moto que le cambió la vida hasta su paso por la natación paralímpica en Atenas 2004, Dani Molina ha aprendido a convertir los tropiezos en impulso. “Ya no soy el de antes, ni el deporte es el de antes”, reconoce. “Ahora los chavales vienen muy fuertes, tienen 22 o 23 años… pero si quieren ganarme, tienen que sufrir.

A sus 51 años, Molina sabe que cada podio tiene un valor distinto. “A partir de ahora, estar en un podio mundial siempre será bueno”, dice con serenidad. Lo dice quien lo ha ganado casi todo: campeón paralímpico en París, cinco veces campeón del mundo y seis veces de Europa, además de títulos mundiales en acuatlón y duatlón. Pero este bronce tiene algo diferente: es el premio a la perseverancia después del éxito.

“El año pasado viví lo más grande que puede vivir un deportista. Y este, con todas las lesiones, poder volver a subir al podio me hace sentir que todavía estoy ahí”, explica.
Sus palabras suenan más a agradecimiento que a ambición, aunque lo segundo tampoco le falta.

Mirando a Los Ángeles
El futuro ya tiene destino: Los Ángeles 2028. “Mi intención es seguir compitiendo al menos hasta Los Ángeles. Llegaría con 53 años… pero quiero intentarlo”, dice. “No sé si volveré a ganar el oro, pero quiero seguir luchando por estar arriba y defender el nombre de Guadalajara y de mi país”, recalca.

Por ahora toca descansar unos días y dejar que el cuerpo recupere. Luego, volver al trabajo: 2027 marcará el inicio de la clasificación paralímpica, y él quiere llegar preparado.

“El tiempo pasa, cada año es más duro”, admite y añade que “mientras pueda seguir disfrutando de esto, lo seguiré intentando. Siempre al máximo”.