El deportista paralímpico Daniel Molina llevó su ejemplo de superación personal a Trillo

28/06/2014 - 18:56 Redacción

Daniel Molina dio ayer en la Casa de la Cultura de Trillo una lección de humanidad y superación personal. Siempre le gustó el deporte. Siendo un niño, y cuando su familia vivía en Canarias, practicaba natación. A los 4 años disputó su primera competición. Un tiempo después, ya con la residencia familiar en Alcalá de Henares, continuó unos años con el agua, que alternaría posteriormente por otros deportes como tenis, atletismo, windsurf o esquí.
Cuando tenía sólo 22 años, sufrió un terrible accidente de moto que casi le cuesta la vida. “Los médicos le dijeron a mi hermana que no entendían como podía estar vivo, por la gravedad extrema de las lesiones que sufrí”, dice el deportista. Su juventud, tremenda fortaleza física, y probablemente el deporte que había practicado, le hicieron volver del otro lado. Su fuerza mental le hizo comprender y aceptar su nueva situación –tuvieron que amputarle la pierna derecha por debajo de la rodilla- en un tiempo récord. “Me cambió la vida. El primer año fue muy duro. Me tuve que acostumbrar a mi discapacidad, pero enseguida lo vi como una segunda oportunidad, después de haber estado tan cerca de la muerte. Fui positivo, pensé que tenía suerte y seguí adelante”, explicó ayer en Trillo. Lo logró después de 14 operaciones y más de un año de recuperación.

De nuevo el deporte le ayudó a rehacer su vida. Retomó la natación, disciplina para la que está particularmente dotado, y se convirtió en deportista paralímpico en Atenas 2004. Su gran capacidad atlética aumentó progresivamente la osadía de sus metas. Descubrió el triatlón y hoy, con 39 años de edad, es un deportista profesional. Cuenta con una beca paralímpica y también con el patrocinio de varios sponsors que creen en él.

De las tres pruebas, su favorita es la natación (750 metros). “Saco mucha ventaja a mis competidores en el agua”, dice. Un problema en la rodilla hace que sufra sobre la bicicleta (20 kilómetros). “Mi prótesis está adaptada, pero pierdo mucha potencia”. En la última prueba, la carrera (5 kilómetros), tiene una de las mejores marcas de su categoría.

Su currículum impresiona. Ha sido subcampeón del mundo de triatlón y de acuatlón en el año 2012, campeón del mundo de acuatlón 2013, subcampeón del mundo de trialtón en 2013 y tercero en el campeonato de Europa de este año 2014, una prueba que se le escapó por verdadera mala suerte. Su gran objetivo de la temporada es revalidar el campeonato del mundo el próximo mes de septiembre en Canada, y participar en los juegos de Río de Janeiro, donde el triatlón será paralímpico por primera vez.

Después de lo que había pasado, y de burlar a la muerte, Daniel fue inmensamente feliz cuando recién llegado al triatlón y a Nueva Zelanda, se echó al agua sin demasiadas pretensiones “con sólo seis meses de entrenamiento específico”, y se hizo con el subcampeonato del mundo, después de batir a especialistas con muchos años de entrenamiento. “No tengo palabras para describir lo que sentí en aquel momento ni en lo deportivo, ni en lo personal”, dice.

Por eso precisamente Daniel Molina recordó en Trillo que, frente a un problema, sea el que sea, “no hay que encerrarse, hay que afrontarlo, y seguir disfrutando de las oportunidades que da la vida. Después de mi accidente, el deporte me ha regalado una vida plena en la que tengo todo lo que necesito”.