El Marchamalo no pudo con Ruiz Caba
El Marchamalo y el Villarrubia empataron sin goles en un partido que pudo caer para cualquiera de los dos bandos. Cierto es que los gallardos dominaron en la primera mitad, pero también que en la segunda el duelo se volvió loco y los manchegos dispusieron de dos mano a mano para batir a Cristhian. Con todo y con eso, los de Nito Alonso mostraron el equipo que van a ser: un equipo intenso y de toque. Y es que, a los locales solo les pudo recriminar la falta de acierto ante Ruiz Caba.
Precisamente fue el portero ciudadrealeño el gran protagonista del Villarrubia. Ruiz Caba desbarató una y otra vez las ocasiones que generaba el Marchamalo. Incluso salió indemne del brutal asedio al que se vio sometido el cuadro visitante en los primeros 25 minutos. Guadaño, sustituto de Cabanillas en la punta del ataque gallardo, sería el primero en conocer el aura que desprende Ruiz Caba. El delantero desvió un cabezazo de Ballesteros que parecía poner en apuros al meta. Apenas unos segundos después, Mario le obligaba a estirarse con un tiro escorado desde la frontal. En el córner consiguiente, sería De la Plata el que, de volea, le permitía lucirse abajo. Y en el rechace, el Villarrubia conseguía sacar el balón previa mano de un defensor que Alberola Rojas consideró involuntaria. Pasado el agobio de estas cuatro ocasiones seguidas, Mario, el jugador más activo de los locales, intentó batir a Ruiz Caba desde lejos, al considerar que estaba adelantado, pero su chut se marchó por encima del larguero.
El Villarrubia se desperezó con un punterazo desde la medular de Fran y con la maestría de Juanfri en la media punta. No en vano, fue el único capaz de poner en peligro a Cristhian con un disparo duro y abajo. Los manchegos parecían asentarse sobre el césped de La Solana, mientras dejaban que los gallardos les dominaran. de hecho, llegaron al descanso sin que el Marchamalo consiguiera generarle grandes ocasiones.
El partido transcurría con normalidad hasta que el cielo decidió abrirse sobre la localidad. Una fuerte ventisca fue el preludio de una tormenta de verano que volvió al partido loco. Y es que, tanto Alonso como Félix Pérez, míster visitante, hipotecaron sus medulares para generar un partido de ida y vuelta.
Cambiadas las condiciones meteorológicas, el Villarrubia se sintió mejor con Juanfri haciendo pillerías cerca del área. El contrapunto lo ponía Mario, que nuevamente se encontró con Ruiz Caba. En esta ocasión, el cancerbero le sacó un mano a mano. Y es que, el manchego coleccionaría paradas de todos los colores.
Con el Marchamalo cerca del gol, después de una doble ocasión que llegó a cantarse desde la grada como el primer tanto local -Mario mediante aprovechándose del rechace que dejó la falta botada a la escuadra de Manolo-, llegaron las dos grandes ocasiones visitantes en botas de Rubén. La primera después de una travesura de Juanfri en la frontal y que le dejó solo frente a Cristhian. La segunda tras un balón filtrado que fue incapaz de embocar. En ambas, Cristhian demostró que la portería marchamalera está en buenas manos.
En definitiva, un empate que pudo ser victoria para ambos equipos y que tuvo en los porteros a sus mejores embajadores.