Mucha tensión, dos expulsiones, pero poco fútbol
Marchamalo y Azuqueca empataron sin goles en un partido descafeinado (0-0).
Descafeinado derbi provincial en La Solana, que poco cambia la situación para Marchamalo y Azuqueca. El empate sin goles prolonga a once las jornadas sin perder del equipo gallardo, mientras que el cuadro rojinegro aumenta a seis sus partidos consecutivos sin ganar.
Para tratar de cambiar la acumulación de derrotas de las últimas cinco jornadas, Mario Otero revolucionó su once titular. No sólo por el número de futbolistas que cambió con respecto a la última alineación -cinco, con el debut del cancerbero Álvaro, fichado estos días, sino también en el esquema táctico. El preparador aparcó la defensa de cinco de toda la temporada para jugar con un 4-3-3, que a la hora de atacar se convertía en un 3-4-3. Cuando los visitantes tenían el balón, Fane pasaba del lateral al mediocentro y Moha se ubicaba detrás de los tres puntas, formando un rombo en el centro del campo.
Por su parte, Aitor Gómez introdujo en el Marchamalo dos novedades en el once con respecto al equipo que salió de inicio frente al Quintanar. Luka y Peñalvo entraron en lugar de Álex y Óscar Cabo, dentro del clásico 4-2-3-1, tan usual en estos tiempos.
El inicio del partido estuvo marcado por el estado de ánimo de ambos equipos. El Marchamalo comenzó dominando gracias a la moral que le dan las muchas jornadas sin perder. Quería jugar más el balón que un Azuqueca muy vertical, y que eso sí, tuvo las mejores ocasiones del primer tiempo. Molina y Moha vieron como Jony les quitaba dos goles que parecían cantados -sobre todo al primero, en un mano a mano-. Mientras, Doménech rozó el larguero en un remate de cabeza. Por el bando local, Juanpe tuvo dos remates con peligro, aunque la más clara fue para Oli en una falta directa que rozó la madera.
Los últimos compases del primer tiempo fueron muy broncos. Con varias tánganas, hasta con los banquillos incluidos, la tensión fue creciendo, hasta que en el último minuto antes del descanso, Juanpe y Borja Cabanillas acabaron expulsados por doble amarilla tras un tumulto.
De este modo, ambos equipos afrontaron el segundo acto con diez futbolistas y los dos entrenadores se vieron obligados a modificar su planteamiento. Aitor Gómez introdujo además el primer cambio del partido, al retirar a Pablillo y situar en su lugar a Kiko. Con esta decisión, el preparador verde reforzó la banda izquierda -Oli pasó a jugar de extremo-, renunciando a la mediapunta.
Por su parte, Mario Otero modificó el trivote del centro del campo. Diego quedó como único mediocentro, por detrás de una línea de tres en la mediapunta. Todos ellos por el referente ofensivo, que pasó a ser Doménech.
La tensión de los últimos minutos del primer tiempo dio paso al sopor del segundo. El Marchamalo pasó a tener más el balón ante un Azuqueca más replegado, que apenas salía de su campo. Apenas se vio fútbol en la segunda mitad, y las ocasiones brillaron por su ausencia. De hecho, el equipo azudense no tuvo ninguna opción clara para marcar tras el paso por vestuarios.
Mientras, para ver la del Marchamalo hubo que esperar al minuto 81. En una falta lateral, Ballesteros recibió en el área pequeña y abrió al segundo palo para Kiko, que, en boca de gol, vio como Álvaro metía una mano milagrosa para ser protagonista final en su estreno y dejar el duelo de rivalidad sin goles.