Tokio Kara: Preparados...
Ya estamos de lleno en la fase final de los preparativos. Estos son los días más intensos puesto que hay que hace pruebas a contrarreloj y con pocas opciones a los fallos. Esta ayudando que en Tokio todas las sedes se hayan terminado con antelación, sin embargo no hay que olvidar que por mucha preparación previa y a pesar del retraso de un año muchas tareas no pueden completarse hasta los días previos. Por ejemplo, hay sedes en el centro de Tokio que requieren cortes de tráfico y que no pueden prolongarse más de lo estrictamente necesario.
Comienza a llegar de todas partes del mundo la gente que de una u otra manera va a trabajar en los Juegos. Desde primeros de julio ha desaparecido la obligación de cuarentena, en cambio hay unas estrictas medidas de control. Las pruebas PCR —siempre de saliva— son obligatorias incluso diariamente para ciertas personas. Todo esta categorizado, desde el país de llegada hasta el mayor o menor contacto con atletas. A mí me toca hacérmelas semanalmente, ahora con mucha facilidad pues se te entregan los tubitos de recogida de muestras y simplemente hay que devolverlos en los lugares indicados con el código de barras del recipiente registrado previamente en una aplicación.
El IBC y el centro de prensan se empiezan a llenar de actividad: ya se han abierto varios restaurantes, una tienda, un servicio de lavandería, otro de transportes, la oficina de correos,…
También los deportistas empiezan allegar tras la apertura preliminar de la Villa Olímpica. Se empieza a operar en modo Juegos, con la seguridad y los controles para entrar a todos los recintos. Arrancan los servicios de transporte de los Juegos, entre todas las sedes y los alojamientos. Todas las personas que acaban de llegar a Japón sólo pueden usar este transporte ya que tienen vetado durante las primeras dos semanas el transporte público que ya es gratuito para todos los acreditados.
Toda la ciudad comienza a cambiar de imagen y en mayor medida las zonas cercanas a los sititos donde se celebrarán competiciones. Los colores, logotipos y mascotas de los Juegos empiezan a aparecer en los lugares más inesperados, desde las contrahuellas de las escaleras del metro hasta los elementos del mobiliario urbano.
Los cambios de imagen en las sedes son sorprendentes y aunque ya llevo unos cuantos juegos sigo asombrándome con el trabajo de los equipos de imagen. Se tapa toda referencia y marca que no tenga nada que ver con los Juegos. He llegado a ver pegatinas milimétricas correctamente colocadas para tapar la marca en los embellecedores de los enchufes y de los interruptores de las paredes.