Adiós a don Feliciano Román
Despedíamos el domingo a todo un personaje de la historia reciente de nuestra ciudad, don Feliciano Román Ruiz, médico urólogo y político de la transición.
De su huella como doctor sabemos que fue jefe de servicio durante décadas en el Hospital Universitario de Guadalajara, así como un testimonio cercano, el de nuestro abuelo paterno al que atendió a finales de los años ochenta, que nos dejó dicho su agradecimiento. Era de la misma promoción que nuestro querido Vicente Borobia, todo un referente en el mismo campo.
En 1999, Ricardo Ginestal como presidente del Colegio Oficial de Médicos descubría la placa que daba el nombre a una sala del centro a Feliciano Román, con motivo de su jubilación.
Por su paso por la política como senador desde 1977 a 1979 le distinguimos junto a otros parlamentarios guadalajareños de la época con un premio Popular 2008, con motivo del aniversario de la Constitución Española, de la que fue uno de los padres alcarreños. En Nueva Alcarria nos contó como a iniciativa suya se introdujo una disposición transitoria en la ley de universidades que permitía a los alumnos estudiar en la más próxima a sus domicilios, lo que resultó fundamental para que pudiésemos hacerlo en la Universidad de Alcalá.
Foto de Feliciano Román en 1978, en su etapa política, cuando se convirtió en padre alcarreño de la Constitución, como senador.
En cuanto a su fe como católico, recordó el sacerdote Alfonso Olmos durante su entierro, que impulsó los cursillos de cristiandad en la ciudad. Ocho sacerdotes concelebrando ya eran suficientemente muestra de ese sentimiento, que resaltó una de sus nietas al leer un texto al ‘abuelo Feliciano’, que desprendía el inmenso cariño hacia su persona de sus ocho hijos, diecisiete nietos y cinco bisnietos. Su fe le ayudó a sobrellevar la pérdida de uno de ellos y recientemente la de su hermana y su esposa, Marí Carmen, fallecida hace tan solo tres meses. Sus seres queridos pudieron dar gracias por su vida en la celebración hace pocas semanas de su 95 cumpleaños. Existencia larga, prolífica y ejemplar de una persona afable y cercana. Descanse en paz.