Alegría navideña
Es un tiempo crucial para los creyentes, pero también de tradición, cultura popular, dinamización de la economía, de la vida misma, con encuentros gastronómicos de amigos, familiares o compañeros, de compra de regalos y viandas, de conciertos solidarios, estrenos de películas y musicales...
La celebración de las fechas más solemnes del calendario navideño en los dos últimos fines de semana del año hace que la intensa actividad de estas fechas se haya adelantado causando una auténtica eclosión navideña, especialmente este fin de semana cuando se celebran los certámenes de rondas más prestigiosos como el de Torija, Atanzón, o Sacedón, lo que hace que la práctica totalidad de las agrupaciones existentes llenen de algarabía con sus cantos navideños nuestros pueblos. Pero además de la música son días de belenes. Si el fin de semana pasado fue el turno de Galápagos, éste le toca a Uceda, Aranzueque, Tórtola de Henares o Humanes y el miércoles, Azuqueca. Y a los vivientes se suman los estáticos por parroquias, plazas y domicilios como esencia misma de lo que es la Navidad, la recreación del acontecimiento histórico del nacimiento del hombre que cambió el rumbo de los tiempos inaugurando una era, la de después de Cristo, fundando una iglesia con millones de seguidores en todo el mundo.Es un tiempo crucial para los creyentes, pero también de tradición, cultura popular, dinamización de la economía, de la vida misma, con encuentros gastronómicos de amigos, familiares o compañeros, de compra de regalos y viandas, de conciertos solidarios, estrenos de películas y musicales...
Y en la capital todo es Navidad en un parque temático que exhibe los elementos para disfrutar de un paseo ambientado en la magia de estas fechas con una intensa programación. Nos adentramos en el invierno distraídos por toda esta animación que reaviva los mejores sentimientos y deseos. Vivamos el momento aunque sepamos que solo es una cortina de humo que cuando se despeje nos dejará la cruda realidad que conocemos. Pero eso será mañana.